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“Luciferina”: entrevista a su director

Hablamos con Gonzalo Calzada sobre su última película, una producción local con posesiones demoníacas.

Luciferina

Las posesiones demoníacas se han convertido en el último género de moda del cine de terror. “Luciferina” transita ese camino pero con interesantes ingredientes autóctonos y altos valores de producción. La película demuestra que el cine de horror local está llegando a la mayoría de edad por varias razones: un guion que propone una trilogía; una historia oscura y lograda sobre satanismo y lo paranormal;

La historia

Natalia tiene un don sobrenatural: puede ver la «luz» de las personas. Recluida en un convento, la muerte de su madre la obliga volver a su casa familiar de la que escapa hace años. Allí encontrará a su padre en estado de coma y a su hermana con un grupo extraño de gente que las incitan a realizar un ritual ascentral. Durante la ceremonia todo se saldrá de control y descubrirá secretos estremecedores sobre su pasado.

 

La entrevista

 

«Luciferina» es la tercera película de Gonzalo Calzada («La plegaria del vidente» y «Resurrección»). Por tercera vez vuelve a ahondar en costumbres y terrores locales en una apuesta jugada que incluye rituales satánicos, exorcismos y religión. Y en un acto fílmico sin precedentes en Argentina, propone a esta película como la primera de la saga de las vírgenes.

 

Su película anterior fue una saludable muestra de cine de género autóctono y se convirtió en una de las más vistas (en el momento de su estreno, estaba en el segundo puesto) desde 1997. Hablamos con él para que nos cuente detalles sobre “Luciferina”.

 

El germen de la idea

Luciferina

 Ultracine: ¿Cómo surgió la historia de «Luciferina»?

Gonzalo Calzada: Después del buen resultado de “Resurrección” la productora Buffalo film (Hori Mentasti) le propuso a nuestra productora (La Puerta Cinematográfica) trabajar sobre una línea más comercial.

La idea era abordar la temática de las posesiones orientando a un público juvenil. Sobre esta premisa me puse a trabajar un guion. Buscaba elementos diferentes a los caminos ya harto transitados sobre el tema de exorcismos en el cine. Quería cierta frescura tanto en la trama de los personajes como en los elementos de su entorno, y también que abarcara un público más amplio.

Trabajé sobre tres líneas distintas en paralelo. Tuve suerte de llegar a tres historias interesantes y opté por empezar con una: “Luciferina”. Pero sin anular las otras dos. Dando a todo ese universo un sentido saga.

Temáticas locales

U: Tenés la particularidad de abordar en todas tus producciones terrores y leyendas locales con una estética refinada que hace homenaje a grandes películas ¿Cuáles son tus principales influencias? ¿Consideras que falta tinte local en las producciones nacionales?

 

GC: Creo que tenemos un desconocimiento del enorme potencial mítico que tiene Argentina. En parte esto ocurre por la industria cultural extranjera que impone formatos, contenidos, son dueñas de las plataformas y no nos permiten acceder a otros mundos, paradójicamente, los nuestros.

De manera que introducir temas nuevos, monstruos diferentes, es complicado en un público masificado a ver siempre lo mismo. Sin contar con el prejuicio generalizado que hay sobre los contenidos de carácter nacional a nivel imagen en el cine de género.

Pienso que trabajar una estética visual sugestiva a partir de los recursos posibles, es una manera de acercar al público a esos universos. Generar imágenes fuertes y singulares, arriesgarse más y con la mayor calidad posible.

Respecto al tinte local, no creo que debería ser lo esencial para el realizador. No creo que se trate de hablar del gaucho, o del aborigen, o de mitos mapuches para conseguir una originalidad. O un valor diferencial de nuestro cine frente a otras cinematografías.

No es una cuestión de raíces nacionales sino de las raíces internas de cada realizador. “Nazareno Cruz y el Lobo” tiene leyenda pero fundamentalmente una mirada única y arriesgada que es la de Leonardo Fabio, no hubiera sido lo mismo si la historia la hacia otro. Es una película de Fabio y sí, también tiene raíces míticas, y todo eso la hace universal, singular y única.

La trilogía

Luciferina

U: “Luciferina” se plantea como una ambiciosa trilogía de vírgenes. Contanos un poco si hay algo pensado a futuro para llevarlo a cabo y que se puede decir sobre esas 2 películas posteriores.

GC: El pedido inicial fue hacer una película de posesiones. “Luciferina” se constituyó así en el plano cinematográfico. Pero en el proceso de la escritura salieron a la luz dos historias más que se engarzan con la primera. “Inmaculada” y “Gótica” me llevaron a pensar en una saga como concepto: “La Trinidad de las Vírgenes”.

Hoy por hoy lo concreto es que Luciferina es la primer parte de esa saga. Y también funciona como película independiente. Pero como realizador creo que es una propuesta muy interesante la construcción de una saga. Claro que dependerá de cómo le vaya a la primera. De todas formas, esta idea está en plena elaboración en nuestra productora más allá de su futuro posible.

La saga plantea tres casos de posesión de chicas vírgenes que ocurren en un mismo día y en la misma ciudad (Buenos Aires). Cada una tiene historias mundos y estéticas distintas, personajes cruzados y va redoblando la apuesta en el riesgo visual. Realmente estoy muy contento con este universo.

Libros y cine

U: “Resurrección” también se planteó como un lanzamiento fílmico y editorial. Contame como harás ese vínculo para esta saga

GC: Para mí todo se trata de contar historias. Si algún día el cine ya no me resulta se que voy a seguir contando historias. Así fue de antes de hacer cine. La literatura, en ese sentido, fue mi primer amor. Y creo que en su simpleza de recursos materiales está su magia. Nada te impide soñar, nada ni nadie te impide escribir. Siempre es un desafío porque no hay nada más difícil que dominar ese arte, precisamente por su mágica aparente simpleza.

Las historias, en ese sentido, me dicen lo quieren ser. Cuando empecé a escribir el guion de forma natural salieron estas otras historias. Y sé que posiblemente su formato más completo sea el de la novela.

A diferencia de “Resurrección”, y por cuestión de tiempos, la novela de “Luciferina” va a salir hacia fin de año. En este momento estoy abocado a la búsqueda de editoriales. “Resurrección” fue un emprendimiento mío y me gustaría que la novela tenga más extensión y mejor distribución.

La producción

U: ¿Cómo surgió la producción de la película?

GC: Se volvió a generar la misma alianza de productoras que en “Resurrección”: Cinemagroup, Buffalo Films y la Puerta Cinematográfica. La calidad visual conseguida en “Resurrección” era una de las premisas que no se debía bajar.

Aunque se contaba con recursos, el guion resultó ser más ambicioso que el pedido original. Igual, con Alejandro Narvaéz mi socio de la Puerta Cinematográfica, estábamos convencidos que se debía apostar a ese extremo visual. No reducirlo, no achicarse.

Fue un verdadero riesgo. “Luciferina” planteaba muchos desafíos y experimentaciones: el tratamiento de las posesiones y la singularidad de los exorcismos, el viaje de los chicos a una isla, los efectos de luminiscencia de la protagonista, el universo uterino, la introducción de la ayahuasca en ese mundo, la extrañeza de las locaciones y la delicada transformación de la película que va de un mundo realista hacia un universo mágico y simbólico. Por suerte todos nos aventuramos y salió muy bien.

El casting

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U: ¿Cómo elegiste a los actores? ¿Cómo fue el trabajo con ellos?

GC: Por lo extremo del proyecto y la exposición que requería el guion, estaba convencido que más que caras lindas y convocantes, teníamos que concentrarnos en encontrar buenos actores. Caras nuevas, comprometidos y dispuestos a arriesgarse, a entregar mucho más de lo que se le podía pagar o lo que el representante pretendiera. Actores con una agenda puesta en el proyecto.

Se hizo un trabajo muy grande de casting. Fue muy difícil. Los actores tenían que demostrar cierta elasticidad y presentarnos un trabajo de posesión, algo que era muy difícil de lograr. Estuvimos hasta tres semanas antes del rodaje cerrándolo. Y tuvimos una suerte enorme. Fue un casting sensacional de chicos y grandes que pusieron todo lo esperado en la película.

Después hubo un trabajo fuerte de referencias. La asistencia permanente de una coach durante el rodaje es algo muy importante para orientarlos intelectualmente y contenerlos entre toma y toma. Y un diseño de trabajo físico que se ensayó y se trabajó con otro coach de forma específica para las escenas de acción.

Impresiones

U: ¿Cuál fue tu mayor dificultad y tu mayor satisfacción al hacer la película?

GC: Me saqué el gusto de hacer cosas más jugadas, recuperar el desparpajo del estudiante de cine, filmar sin tanto miedo a las formas, animarme a más.

U: La historia apela a muchos elementos jugados y nunca vistos en salas comerciales ¿Temés la recepción en las salas?

GC: Si, temo un poco y me divierte también. De hecho me pasó que pensaba en eso en el rodaje mientras hacíamos algunas escenas. También me pasó en la edición y en la función de prensa, que fue la primera vez que presentábamos la película. Pero creo en lo que hicimos y sé que llegamos a un lugar distinto.