A cuarenta años del estreno de la original, «Halloween» regresa a los cines en su mejor forma y con toda su potencia.
En 1978, el segundo largometraje de John Carpenter inauguró una nueva forma de hacer cine de terror. El slasher, el horror que generaba una figura misteriosa, enmascarada, e imparable, que sólo quiere matar. A cualquiera. A todos.
Carpenter siempre dijo que la potencia de su asesino, Michael Myers, era en que nunca sabíamos qué lo motivaba o porqué hacía lo que hacía. Sencillamente, era la representación del Mal.
Pero las secuelas que siguieron a ese éxito hicieron todo lo contrario: cada entrega trataba de explicar porqué La Forma (cómo aparece Myers en los títulos de cierre de la película) actúa como lo hace.
Luego de siete secuelas directas, y dos remakes, Carpenter y Jason Blum (de Blumhouse) se unieron para traer la secuela definitiva.
En una movida inaudita, esta nueva entrega presenta algo que ninguna otra película había hecho. Algo nuevo pero que ya sentó precedente para otras franquicias. Se trata de una continuación directa de la original, descartando lo acontecido en las secuelas y remakes.
El resultado es un filme intenso, que desarrolla excelentes personajes y hace de Michael Myers una fuerza siniestra e inexplicable.
La historia
Un equipo británico que realiza documentales viaja a los Estados Unidos para visitar a Michael Myers en prisión. Tratan de entrevistarle para un programa que están rodando.
Entonces Myers se escapará e irá de nuevo en busca de Laurie Strode para acabar de una vez por todas lo que comenzó cuatro décadas atrás.
Sin embargo, Laurie se ha armado y se ha preparado para el día en que Michael Myers regresase. Ella hará lo posible por salvar su vida, la de su hija Karen y la de su nieta Allyson.
Este es el trailer de «Halloween»:
