Miguel Angel Solá interpreta a un anciano que cruza toda Europa hacia Polonia para cumplir una vieja promesa en este tierno y humano drama sentimental.
La figura del guionista, muy injustamente, no es demasiado reconocida en el cine argentino. Por lo general se toma al director como autor de la obra fílmica. Los guionistas no suelen contar con el renombre al que puede alcanzar un director o productor.
Pero de ellos, Pablo Solarz es uno de los más reconocidos. Su debut como guionista en la pantalla grande fue con «Historias mínimas», de Carlos Sorín. Luego se convirtió en el escritor «fetiche» de Juan Taratuto. Para este director escribió «¿Quién dice que es fácil?» y los mega-éxitos «Una novia para mi mujer» y «Me casé con un boludo».
Pero no contento con escribir, Solarz se pasó también al bando de los directores con «El frasco» (2008) y «Juntos para siempre» (2010). Ahora llega a los cines su tercer trabajo como realizador, en la que vuelve a los tonos y estructura narrativa de «Historias mínimas».
La historia
El centro de la historia es Abraham (Miguel Ángel Solá), un sastre judío de 88 años con una personalidad muy particular. Es un hombre duro, terco y muy menospreciado por su familia. Abraham, de un día para el otro, decide embarcarse en un viaje a través de todo un continente. Sin decirle nada a sus hijas, abandona su casa y con todos sus ahorros a cuesta, cruza el continente primero hacia España con último destino en Polonia.
Ese es el país donde nació y de donde escapó a fines de 1945, tras la ocupación nazi de la que él fue un prisionero de los campos de concentración. El motivo que moviliza a Abraham a realizar este periplo es el de entregar el último traje que realizó, cuyo destinatario tiene un muy íntimo vínculo con él.
Sin embargo, llegar a Polonia no será tan sencillo como este hombre imaginó.
La película
Con Patagonik, Haddock Films y Tornasol a la cabeza, «El último traje» es una coproducción argentino-española de gran presupuesto. Además de Solá, el elenco incluye a Martín Piroyansky, Ángela Molina, y Natalia Verbeke, entre otros. El filme se luce en cuanto a su diseño de producción, música, arte y escenografías. Además de deleitar al espectador con fabulosos exteriores europeos.
El punto más álgido, sin dudas, es la fabulosa interpretación de Solá. El actor pasa por todos los estados humanos de ternura, violencia, tristeza, alegría. Así, logra un personaje lleno de fallas y contradicciones que se hace apasionante.
Sin embargo, la historia se «siente» demasiado armada a golpe de guión, con personajes siempre bondadosos y esquemáticos, con la excepción del papel jugado por Ángela Molina.
Más allá de eso, es difícil que el espectador no salga conmovido de este último viaje.
Este es el trailer de «El último viaje«:
