«Terremoto», el último éxito made in Hollywood del cine catástrofe.

«Los océanos se elevan. Las ciudades caen. La esperanza sobrevive».

Ese era el tagline (el latiguillo, eslogan) de «Impacto Profundo», una de las dos películas estrenadas en 1998 sobre un meteorito que amenaza la vida en el planeta. Ahora, reemplace las palabras «océanos» y «elevan» en esas frases con X (inserte desastre natural de preferencia) y tendrá el contenido de buena parte de las películas de cine catástrofe que nos brindó Hollywood desde el renacer del género a mediados de los noventas.

Pero al público mundial (y al argentino en particular) no le importa demasiado el contenido de los filmes en cuestión. Sí, por supuesto, a veces se pasan de melosos o de patrioteros. Pero eso no es lo que queda. Lo que sí queda impregnado en las retinas de los espectadores es la orgía visual que promete cada uno de estos títulos, y a mayor destrucción, mayores las posibilidades de éxito.

De hecho, miren si el género pega que muchos despistados creyeron que el reciente estreno de «Terremoto: Las falla de San Andrés» era una remake del clásico de los setentas, «Terremoto» (no, no es una remake. El título en inglés es distinto: directamente «San Andreas»). Pero no importa, la gente recuerda ese filme, y no hablamos de gente que ronda la cincuentena de años, sino treintañeros que seguro la vieron en los sábados de súper acción.

Pero lo cierto es que, más allá de sus cualidades como película, «Terremoto: la falla de San Andrés» es la primera película enteramente enfrascada en «cine catástrofe» que llega a los cines en varios años. Por eso, las expectativas son altas. Y la gente, como se esperaba, está yendo en hordas a los cines.

Repasemos un poco la historia reciente de este sub-género. Tras su período de esplendor moderno en la década del sesenta y setenta (con clásicos como la mencionada «Terremoto», más «La aventura del Poseidón», «Infierno en la torre», «Aeropuerto», y varias más), las catástrofes se llamaron a retiro por toda la década del ochenta.

Hasta que llegó la que se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine en su momento: «Jurassic Park». Acá, Steven Spielberg tomaba una novela de Michael Crichton para hacer un clásico moderno que bebía bastante de «Tiburón» (1975), aunque en una versión más maravillada y edulcorada.

«Twister», estrenada en 1996, producida por Spielberg y Crichton, sentó las bases de cómo se realizarían buena parte de las películas que la siguieron. Una pareja (puede incluir niños si lo desean, y un perrito en peligro suma más), enfrentándose al desastre natural de turno, cuya superación (o sobrevivencia) ayudará a superar una crisis personal. Su éxito fue el verdadero resurgimiento del cine catástrofe

Twister puso de moda nuevamente al género a mediados de los noventas.

«Twister», en la que la pareja en pleno proceso de divorcio interpretada por Helen Hunt y Bill Paxton rompía los papeles del abogado y le daban una nueva oportunidad a su matrimonio tras sobrevivir a un tornado clase 5 (el más destructivo de todos), fue uno de los más grandes éxitos del año a nivel mundial. Sólo fue sólo opacada por otro filme que dejaría escenas de destrucción que marcarían a una generación: «Día de la Independencia», con la emblemática toma del rayo alienígena destruyendo la Casa Blanca en mil pedazos.

Ante este contundente uno-dos en la taquilla mundial, Hollywood empezó a mover su maquinaria y producir títulos de cine catástrofe como si fueran chorizos.

A los pocos meses de estrenada «Twister», la Universal desarrolló en tiempo récord una película muy similar (pero MUY) aunque, en este caso, la amenaza era un volcán por hacer erupción. «La furia de la montaña» (como se conoció acá a «Dante´s Peak») fue una de las películas más costosas de la época ($ 116 millones de dólares de presupuesto, según el boxofficemojo) pero no logró ni por asomo acercarse a los números del tornado. Se estrenó en Argentina el 03 de abril del `97 y terminó su paso por los cines con 153.907 espectadores.

En paralelo, la Fox desarrolló otra película con una amenaza volcánica, aunque en este caso el epicentro era la mismísima ciudad de Los Ángeles. «Volcano», con Tommy Lee Jones, estaba más cerca de la destrucción masiva (y exceso de moralina) de «Día de la independencia», y no funcionó mucho mejor en la taquilla que «Dante´s Peak». En Argentina se lanzó el 16 de octubre de ese año y vendió 238.388 localidades.

La cosa mejoró al año siguiente. En este caso, la amenaza era un meteorito que impacta sobre la Tierra. Y también hubo estreno por dos. Steven Spielberg golpeó primero con «Impacto profundo», con impresionantes imágenes del meteorito estrellándose en el océano y generando una ola que arrasaba con Nueva York. Llegó a los cines argentinos el 21 de mayo de 1998, y fue vista por 607.700 espectadores, entrando en el top ten de las más vistas de ese año.

Mejor aún le fue a la costosa «Armageddon», donde otro meteorito primero destruye Nueva York, para después amenazar la existencia del planeta entero. Por suerte acá están Bruce Willis, Ben Affleck y un intrépido grupo dispuesto a dar sus vidas para preservar la vida sobre la Tierra. El filme fue dirigido por Michael Bay, así que ya saben que parte del presupuesto seguro se fue en la compra de banderas norteamericanas…. Pero las escenas apocalípticas no defraudaron y «Armaggedon» vendió 868.766 entradas en 1998.

Bruce Willis y compañía en «Armageddon», uno de los filmes del género más taquilleros.

En 2000, fue el turno de ver a una embarcación someterse a la furia del mar (y de una ola gigante) en «Una tormenta perfecta», otro drama de relaciones insertado en una película de desastres. 622.522 personas fueron a ver si George Clooney y Mark Wahlberg sobrevivían a sus desventuras en altamar.

No hubo títulos demasiado destacados con la llegada del nuevo siglo. Entre ellos se cuentan «K-19» (con la tragedia golpeando un submarino soviético en plena Guerra Fría) del 2002; y «El Núcleo: Misión al Centro de la Tierra» (con el centro de la Tierra que deja de girar ocasionando desastres por doquier) en 2003.

En 2004 llega un nuevo éxito de taquilla de la mano del director de «Día de la Independencia». «El día después de mañana» se convirtió en uno de los mayores éxitos de ese año, con 1.595.436 de entradas vendidas. Esta nueva entrada del director de «Godzilla» en el género es, con seguridad, la película más representativa y recordada del cine catástrofe del nuevo siglo.

En este caso, se desarrolla una suma de desastres naturales como consecuencia del cambio climático, que genera tormentas, tsunamis y una nueva era de hielo en Estados Unidos en cuestión de días…. Inverosímil como suena, la película es una de las preferidas del público y sigue teniendo alta rotación en televisión.

«El día después de mañana» es el filme catástrofe más exitoso de las últimas décadas.

Una entrada en el género basada en uno de los peores atentados de la historia fue el que llevó a la pantalla Oliver Stone en «Las Torres Gemelas», primer filme hollywoodense en narrar lo acontecido en Nueva York el fatídico 11 de septiembre del 2001. Ese drama terminó vendiendo 128.942 entradas tras su estreno el 19 de octubre del 2006.

Pese a fracasar en buena parte del mundo, en 2006 los argentinos hicieron un éxito de «Poseidón», remake de uno de los títulos emblemáticos del cine catástrofe, con el barco crucero del título siendo embestido por una ola gigante que lo hace dar una vuelta campana en pleno altamar. Dentro del barco, los sobrevivientes tratarán de encontrar una manera de alcanzar la superficie.

«Poseidón», de Wolfgang Petersen, director de clásicos modernos como «La historia sin fin», «El barco» (Das Boot), «Avión Presidencial», y otros, fue un problemático fracaso para la Warner Bros (que en 2006 gastó plata a lo pavote entre este filme y «Superman Regresa»: 160 millones y 270 millones de dólares respectivamente). Pero en Argentina atrajo a 501.998 espectadores, quedando décimo segunda entre los títulos más vistos del año.

«Poseidón»: fracaso en todo el mundo, éxito en la Argentina.

Otro teutón ya experimentado en el campo de destruir la Tierra, hablamos de Roland Emmerich, regresa al género con «2012». Así como las profecías cristianas hablaban del fin del mundo para el año 2000, el Apocalipsis se puso nuevamente de moda con el mito maya de que la vida llegaría a su fin el 20 de diciembre de 2012.

Hollywood puso manos a la obra, y con un presupuesto de 200 millones de dólares, el director de «Día de la independencia» pobló la pantalla de escenas de destrucción masiva a escala global. Obviamente hay en el medio una pareja separada que le da una nueva oportunidad a la familia y al amor en medio del caos.
«2012», estrenada el 03 de diciembre del 2009, convocó a 1.052.116 personas en los cines argentinos.

2012 dirigida por Roland Emmerich, uno de los maestros del género junto a Wolfgang Petersen.

En 2011 llega una película bastante particular de género, en este caso contando la historia de un virus que provoca una situación de emergencia médica a nivel mundial como nunca se había visto. «Contagio», de Steven Soderbergh, fue un filme de estructura coral con un elenco multiestelar: Kate Winslet, Matt Damon, Jude Law, Gwyneth Paltrow, y más. Cortó 285.955 tickets en su carrera comercial en Argentina.

El primer fin de semana del 2013 se estrena una de las producciones españolas más exitosas de la historia. «Lo imposible», de J.A. Bayona, sigue la historia de una familia separada por el arrasador tsunami que azotó las costas de Tailandia en 2004, y su lucha por la supervivencia en esa tierra devastada.

Filmada en inglés y con los protagónicos de Ewan McGregor y Naomi Watts, este título fue un nuevo éxito del género en Argentina, con 345.904 entradas vendidas.

Una producción totalmente española que estremeció al globo entero.

«En el Tornado», del 2014, fue un filme que mezclaba el estilo de película found footage (falso documental) con el cine catástrofe. Sin nombres reconocidos ni delante ni detrás de cámara, con críticas que la demolieron, y sin una campaña publicitaria demasiado destacada, no había razón para que este título funcionara bien en la taquilla. Pues fue un éxito, sí señor. Un total de 367.162 personas vieron esta película en salas locales.

También en 2014 llegó la adaptación del mito de Noé a la gran pantalla, y también fue un éxito. «Noé 3-D», dirigida por Darren Aronofsky, y con Russell Crowe como el personaje del libro del Génesis, llegó a los cines argentinos el 03 de abril y vendió 714.964 entradas en toda su carrera comercial.

Y así llegamos a «Terremoto: La falla de San Andrés», la primera súper-producción de Hollywood enteramente enmarcada en este género desde «2012» en el 2009. Con Dwayne «The Rock» Johnson encabezando el elenco, las críticas negativas no hicieron mella en el poder de atracción de edificios desplomándose como castillos de naipes.

Las escenas de la tierra abriéndose en dos mientras se traga edificios, autopistas y población del estado de California en general, atrajeron multitudes a las salas argentinas: 246.000 espectadores en sus primeros cuatro días, uno de los mejores arranques del 2015. Y en solo una semana de corrida comercial ya se coló en top ten del género.

Las preguntas en las redes sociales se repiten: ¿cómo puede ser que la gente todavía vea películas de cine catástrofe, si están todas hechas de la misma manera y con los mismos efectos especiales?
Este punto es válido. Sin embargo, también es cierto que para el espectador que busca dejar el cerebro en la puerta de la sala, el cine catástrofe brinda suficiente espectacularidad y escapismo como para justificar el precio de la entrada.