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72° Festival internacional de cine de Cannes

El 72° Festival Internacional de Cine de Cannes, que se desarrolló entre el 14 y el 25 de mayo pasado, mostró una elevada calidad de las películas integrantes de la Selección Oficial.Cannes

A ella está dedicada gran parte de esta nota, ya que “Un certain regard” (“Una cierta mirada”), la segunda sección en importancia del Festival, resultó muy despareja y con pocos films rescatables.

Selección oficial

La competencia oficial contó con veintiún títulos, con predominio de producciones  europeas. Francia lideró la lista con cinco películas totalmente galas y cuatro coproducciones, mientras que Estados Unidos sólo tuvo tres en competición. La presencia asiática fue reducida con apenas dos films, igual cantidad que América Latina (Brasil)  junto a Canadá.

La función inaugural resultó decepcionante, en lo que a calidad se refiere. Se esperaba más de “The Dead Don’t Die” de Jim Jarmusch, un relato algo trillado sobre zombies que copia en buena medida lo que George A. Romero (“Night of the Living Dead”) pergeñó cincuenta años antes. Un reparto calificado con nombres como Bill Murray, Tilda Swinton, Adam Driver, Danny Glover y Chloe Sevigny, Tom Waits, Iggy Pop, Steve Buscemi, mayormente presentes en la inauguración, no logra levantar el nivel del director de “Paterson” y “Flores rotas”.

Hubo que esperar tres días más para que apareciera la que, para la mayoría de la crítica y del público, debió haberse llevado la Palma de Oro. “Dolor y gloria”, opus 21 de Pedro Almodóvar, es su obra más autobiográfica y una de las más logradas de su carrera. Es, además, la mejor película de toda su vida de Antonio Banderas, interpretando a un director de cine, alter ego del célebre manchego. Almodóvar nunca ganó el máximo galardón de Cannes, pese a participar en repetidas oportunidades, pero al menos se llevó el premio (¿consuelo?) al mejor actor masculino.  Penélope Cruz, actriz fetiche del realizador, no desentona al interpretar a su madre cuando joven.

La Palma de Oro recayó en “Parasite” de Bong Jon-Ho (“The Host”), que hace apenas dos años presentó la floja “Okja”, perteneciente a Netflix y que provocó una sonada ruptura entre dicho sitio y el Festival.  En “Parasite” el coreano presenta un drama que podría tildarse de social, en que una familia adinerada va contratando sucesivamente a los miembros de una familia como chofer, cocinera, profesor de inglés y pedagoga, sin percatarse del lazo que los une. Se podría hablar de una “casa tomada” por “parásitos”. Se trata de un buen film que, hacia el final, no puede evitar caer en cierta violencia aquí justificada y común en el cine asiático.

Entre lo mejor de la Competencia oficial sobresale “Once Upon a Time in Hollywood” del gran Quentin Tarantino, que se fue con las manos vacías. Está basada muy libremente en el drama desatado por el Clan Manson a fines de los ’60. La bella Margot Robbie interpreta a Sharon Tate y los roles masculinos están encabezados por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, el primer como actor de películas seriales y para TV y el segundo como su “doble de cuerpo” (stuntsman). En un rol menor,  como un manager de películas no logra sobresalir Al Pacino y en papeles menores se los ve a Kurt Russell,  Damian Lewis (como Steve McQueen), Bruce Dern y Dakota Fanning. La película fue sin duda el evento máximo del Festival.

Nuestro “Top Five”, en opinión de este cronista,  se cierra con “Il traditore” del casi octogenario Marco Bellocchio. Un notable y poco conocido Pierfrancesco Favino compone a Tommasso Buscetta, personaje real de la Cosa Nostra, que al confesar sus delitos al juez Giovanni Falcone arrastró a los principales miembros de la mafia siciliana, que aún hoy continúan en prisión. El film italiano, al igual que el de Tarantino, no ganó ningún premio, pese a merecerlo.

“Portrait de la jeune fille en feu”, de Celine Sciamma, fue una de las  dos producciones cien por ciento francesaa en ganar un premio al mejor guion. Transcurre en 1770 y muestra la relación afectiva (y sexual) de una joven pintora con otra (interpretada por la ascendiente Adeke Haenel) para la cual debe elaborar un cuadro antes de que se case. Es una obra de gran belleza visual y afortunadamente ha sido adquirida para su distribución por la misma compañía que también compró “Parasite”.

“Les Misérables”, también de Francia, sólo comparte con la obra de Victor Hugo el lugar donde tiene lugar, en la actualidad la trama. Esta nuestra el enfrentamiento de la policía con pobladores de diversas etnias en los alrededores de Paris. Buen primer trabajo del realizador Ladj Li.

La anterior compartió con la brasileña “Bacurau”, dirigida por Kleber Mendonca Filho (“Aquarius”) y Julian Dormelles, el Premio del Jurado. Drama político y social nordestino tiene entre sus intérpretes a Sonia Braga y al alemán Udo Kier.

Completando la lista de premios debe mencionarse a la interesante producción senegalesa “Atlantique”, de la actriz Mati Diop. Se trata de un relato que en su parte la ubica en el género fantástico.

Los restantes premios fueron para los hermanos Jean-Luc y Pierre Dardenne como mejor dirección por “El joven Ahmed” y una mención para Elia Suleiman (“Intervención divina”) por “It must be Heaven”, que transcurre no sólo en Palestina, sino también en Paris y Nueva York. Suleiman también, como es habitual, actúa y su personaje casi no habla, recordando a Jacques Tati. Ambas fueron adquiridas por un distribuidor local.

Entre los films no premiados conviene mencionar a ”Sorry We Missed You” y “Matthias y Maxime” de Ken Loach y Xavier Dolan, respectivamente. También a un buen film rumano: “La gomera”  de Corneliu Porumbiu, que adquirió un habitual distribuidor de films de ese origen.

La peor de la selección oficial fue “Mektoub, My Love: Intermezzo” del laureado Abdellatif Kechiche (“Couscous”; “La vida de Adele”), que aquí ofrece un espectáculo denigrante de tres horas y media de duración, de las cuales más de la mitad en un club bailable (incluido sexo explícito en el baño). Resulta difícil justificar su inclusión en la Competencia Oficial.

Un certain regard

La segunda sección del Festival de Cannes, conocida como “Una cierta mirada” en español, suele aportar sorpresas agradables con películas que bien podrían haber integrado la selección mayor. Tal fue el caso de “Girl” de Lukas Dhont, que ganó la  Cámara de Oro en 2018.

Este año no hubo nada destacable, pese a que algunos de los realizadores tienen cierto renombre. Tal es el caso de “Jeanne” de Bruno Dumont, que no gustó mucho pese a que su personaje es Juana de Arco. El director de ”La bahía” ya había dirigido hace dos años otro film sobre la niñez del célebre personaje histórico, conocido en Argentina como “Jeannette, la infancia de Juana de Arco”.

Peor aún es “Liberté” de Albert Serra (“La mort de Louis XIV”), film abominable que transcurre en 1774 en un bosque cerca de Berlin (Potsdam. Allí se encuentran un conjunto de miembros de una decadente nobleza y el film se regodea mostrando el libertinaje y las orgías de nobles y damas.

El máximo premio de “Un certain regard” recayó sobre el film brasileño: “La vida invisible de Euridice” de Karim Ainouz (“Madame Satá”). Se trata de un largo melodrama, con dos hermanas muy unidas en la década del ’50 en Rio de Janeiro. Guida viaja a Europa y al regresar el padre no le avisa a su otra hija Euridice del regreso. Hacia el final se la ve a Euridice, ahora encarnada por la gran Fernanda Montenegro, enterándose sobre el devenir de Guida. Señalemos el gran año de Brasil en Cannes, con premios en ambas competencias

“Lo que arde” de Oliver Laxe fue lo mejor de esta sección, que obtuvo el segundo premio, siendo en palabras de su realizador la primera producción hablada totalmente en gallego que compite en Cannes. Con actores no profesionales, está centrada en un pirómano que regresa de prisión y reencuentra a su madre. Las imágenes finales de un gran incendio, al que alude el título del film, son excelentes.

Por último señalemos que Chiara Mastroianni, obtuvo el premio de interpretación por “Chambre 212”, con distribución asegurada. El nombre del film se refiere a una habitación de un hotel, frente a su departamento, desde donde ella “ve” alternativamente a su marido (Benjamin Biolay) en la actualidad y al mismo cuando tenía 20 años menos (Vincent Lacoste). La hija de Marcello y Cathérine Denueve, muy emocionada a la hora de la entrega de los premios, declaró que hasta ahora nunca había recibido un galardón.