La película de terror austríaca se estrena en salas argentinas el 28 de abril distribuida por LAT-E.
Filmada con un manejo quirúrgico del suspenso y el horror psicológico, “Goodnight Mommy” es la ópera prima de los austríacos Veronika Franz y Severin Fiala. Su elegancia minimalista es acompañada por la locación, una casa moderna de arquitectura glacial enmarcada en un ambiente forestal.
Los hermanos mellizos de 10 años Lukas y Elias (interpretados por Lukas y Elias Schwartz) pasan sus días jugando en las hamacas, corriendo en los maizales y el bosque, nadando en el lago. Una figura misteriosa se une al relato: se trata de su madre (Susanne Wuest), quien tiene cubierta su cara con vendas y acaba de llegar del hospital. La bienvenida no es cálida: por momentos, su madre se comporta de manera cruel, intolerante y vulnerable con sus hijos.
La cámara pone el foco sobre Lukas y Elias, protagonistas de esta historia en la cual la «villana» se asimila a una momia: la madre vendada y fría (resultado de lo que suponemos sea una operación estética) quien se niega a alimentar a Lukas, les impone reglas irracionales (deben mantener las cortinas cerradas), los encierra en su habitación y les impide que se comuniquen entre ellos.
Como consecuencia de este comportamiento, Lukas y Elias comenzarán a cuestionar la identidad de la mujer que dice ser su madre. Intentarán observarla cuando se retire las vendas, buscarán fotografías para corroborar el cambio, la retarán a responder preguntas capciosas. El vínculo entre los hermanos será el refugio de esta atmósfera asfixiante mientras el ambiente de la película se torne más sofocante y perturbador con escenas finales que sólo podrían enmarcarse en el subgénero torture-porn.
Y sin embargo, el último acto –y aquí viene un spoiler- depara una gran sorpresa final que hará que la historia tenga sentido. Los silencios y la ausencia de determinados datos que no parecían necesarios serán explicados para revertir el foco inicial. “Goodnight mommy” es un velado homenaje a “El otro” (“The other”) de Robert Mulligan, una obra maestra del terror de los ´70, aunque en su exponente austríaco la tragedia sea menos barroca y melodramática.
En definitiva, “Goodnight mommy” es una redefinición actualizada de varios elementos clásicos del género: un gran exponente moderno del terror psicológico con un twist perturbador de torture-porn. Sin dudas, un film recomendable para ver a partir del 28 de abril en salas argentinas, distribuida por LAT-E.