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«Al centro de la tierra»: Una vida mirando al cielo

La película de Daniel Roselfeld sigue a un hombre en el medio del monte salteño y su obsesión por probar la presencia de OVNIs en el mundo.tierra

Hay Quijotes a todo nuestro alrededor. No pelean contra molinos pero sí buscan, contra viento y marea, demostrarles al mundo, desde su soledad, una verdad oculta o escondida.

En un viaje a Salta para realizar una película que finalmente no pudo concretarse, el director Daniel Rosenfeld encontró a uno de estos Quijotes locales. Se llama Antonio Zuleta y vive en la localidad de Cachi. Zuleta es un hombre de campo pero que de sencillo no tiene nada. Bien hablado, inteligente, viudo y a cargo de dos hijos, una búsqueda lo obsesiona. El cuenta que en 1995 una «nave gigantesca lo iba siguiendo en la ruta». Desde entonces, armado con una cámara de video camcorder (de las que hay que usar con casette), recorre las rutas, los montes y los campos siempre observando al cielo. Día y noche.

Pero la película no es sólo esa obsesión, sino la historia de un hombre que intenta dejarles un legado a sus hijos, una enseñanza de que hay algo más grande en la vida que todos nosotros.

 

«Al centro de la tierra» es una película difícil de catalogar. Porque lo que trata es una historia verídica interpretada por sus mismos protagonistas de la vida real, uno cae en la tentación de encuadrarla en un documental. Sin embargo, Rosenfeld arma el filme como si fuera una narración típica de ficción. Suspenso, drama, emoción, una impecable construcción de personajes.

Ultracine habló con su director sobre el proceso de rodaje de esta película y su entrañable protagonista.

La entrevista

Ultracine: ¿Cómo fue que «descubriste» a Antonio Zuleta?

Daniel Rosenfeld: Yo había ido a Cachi, Salta, para hacer un casting para una película que al final no se pudo hacer. En ese casting aparece una nena que me dijo que se tenía que ir rápido porque tenía que «acompañar a su papá a mirar el cielo para buscar OVNIs». Y después vino su papá al casting. Era Antonio. Le pregunté si había actuado antes y me dijo que estuvo en una película para Hollywood con Yul Brynner que se filmó en Salta (N d.R: «Taras Bulba», 1961). A partir de ahí empecé a visualizar la posibilidad de hacer una película sobre él. Pero más allá de su búsqueda de OVNIS, el marco que le quise dar fue el de un hombre de setenta años que tiene un hijo de diez años y que quiere transmitirle un legado para cuando él ya no esté.

Ultracine: Lo vemos a Antonio como una persona que resiente el uso de la tecnología en su búsqueda.

Daniel Rosenfeld: Ese desdén que tiene por la tecnología de la ufología experimental tiene que ver con la intuición. Y a mi me gusta eso: alguien que privilegia la intuición por sobre las cosas. Y eso también está en la película. La película sobre alguien que tiene fe y curiosidad, tiene fe en creer en algo, en alguien. Eso me parece muy único. sobre alguien que es curioso de una manera muy hermosa, tan apasionada. Es una persona muy genuina en esa curiosidad.

La producción

Ultracine: La película trabaja sobre una línea delgada entre ficción y realidad. 

Daniel Rosenfeld: La película se fue armando mientras se filmaba. Había una escaleta de rodaje. Pero había mucho de decidir a último momento. Que no es lo mismo que improvisar. Nutrirnos mucho de lo que iba pasando. Siempre el límite entre lo real y no real en la vida como en el cine es muy frágil.

 

Ultracine: Uno se imagina un rodaje en condiciones difíciles. ¿Cómo fue la producción?

Daniel Rosenfeld: Muchas de las zonas donde filmamos eran de muy difícil acceso. Estábamos cerca de la Cordillera. Fue un equipo muy reducido para tratar de no interferir. En algunas condiciones éramos sólo cinco personas. Otras veces éramos más. Fue un rodaje que se filmó en cuatro etapas, una producción muy larga.

Para ver el trailer: Click aquí.