«Una segunda oportunidad» es su séptima película estrenada en Argentina. La cinematografía de Dinamarca adquirió cierta notoriedad en la década del ’90 cuando un grupo de directores daneses crearon un movimiento, que llamaron DOGMA ’95. Estaban basados en un decálogo de «principios», que incluían el uso de la cámara en mano, la ausencia total de música y de iluminación artificial (sólo luz natural) y el sonido directo. Entre sus miembros más destacados figuraban el controvertido Lars von Trier («Europa», «Contra viento y marea», «Los idiotas») y Tomas Vinterberg («La celebración», «La cacería»).

Susanne Bier, nacida en Copenhagen en 1960, es de la misma época y si bien adhirió al Dogma y compartió parte de los mismos actores, el suyo es un cine con un toque personal y algo diferenciado del de sus compatriotas.

«Una segunda oportunidad» («En chance til»), que se acaba de estrenar es la séptima producción, sobre un total de catorce, que se conoce en Argentina. Ella y Lars von Trier son los dos realizadores de Dinamarca con mayor número de estrenos en nuestro país. Al igual que en films anteriores, el suyo es un drama donde vuelve a apelar a calificados actores daneses (Ulrich Thomsen, Nikola Lie Kaas) de sus películas anteriores. Aquí hay dos policías amigos de muy diferentes características y donde Andreas (Nikolaj Coster-Waldau), el supuestamente «bueno», toma una decisión inesperada con respecto a un bebé que sorprenderá a su colega Simon (Thomsen). Con una escena inicial muy fuerte, Bier arma una especie de thriller donde nada es lo que parece y que la confirma como uno de los grandes nombres del cine danés.

La pérdida de un bebé desatará la tragedia y los dilemas morales en «Una segunda oportunidad».

Bier debuta en el largometraje en 1991 con «La virginidad de Freud», traducción no literal del original «Freud está dejando el hogar». Se estrenó en nuestro país seis años más tarde en una solitaria copia. Es probable que pocos la recuerden hoy pese a que fue vista por casi 7 mil espectadores. Freud no se refiere al famoso psicoanalista sino a una joven solterona y virgen, de similar nombre, que está por festejar los sesenta años de su madre judía (Ghita Norby, vista en «Con las mejore intenciones», «La fiesta de Babette» y la reciente «Jauja»). Parte del contenido de esta comedia dramática está insinuado en el título original del film.

Durante varios años el nombre de Susanne Bier continuó siendo virtualmente desconocido por el público local hasta que en 2004 la distribuidora Alfa Films estrenó «Corazones abiertos», su séptimo largometraje y el que mayor público ha cosechado hasta el presente en Argentina, superando la marca de los 35.000 espectadores. Se trata de un poderoso drama que muestra el deterioro que sufre un matrimonio cuando Joachim (Nikolas Lie Kaaj) queda cuadripléjico para toda la vida como consecuencia de un accidente vial. Niels (Mads Mikkelsen), el marido de la mujer que lo atropelló, se acercará a Joachim pero sobre todo a la bella esposa de este, entablando una relación prohibida y que profundizará la crisis de la pareja.

ALFA distribuyó la mayor cantidad de títulos de Bier en Argentina.

«Hermanos» es aún más oscura que la anterior al mostrar otro tipo de ruptura matrimonial. Michael (Ulrich Thomsen) parece tener todo en la vida: hermosa esposa (Connie Nielsen), dos hijos adorables, buen pasar económico y trabajo en Naciones Unidas. Todo cambiará cuando sea enviado en una misión a Afganistán, su helicóptero explote en el aire y él se salve aunque quedando preso de talibanes. Estos lo pondrán frente a una terrible disyuntiva, mientras que su familia lo dará por muerto. Su hermano menor (Nikolas Lie Kaaj), que acaba de salir de la cárcel, entablará una relación con su cuñada hasta que un día se producirá el regreso del hermano pródigo.

Las siguientes dos películas tuvieron estreno en Argentina. Ambas fueron distribuidas por Alfa Films y tuvieron sendas nominaciones al Oscar. «Después del casamiento», la primera nuevamente tuvo a Mads Mikelsen en el rol central de un benefactor social, responsable de un orfanato en la India. La falta de fondos para mantener la institución lo obliga a retornar a su Copenhagen natal para visitar a un empresario dispuesto a donar. Invitado a la boda de la hija del millonario, comprueba que la madre es un viejo amor. Pero habrá más revelaciones y vueltas, que son una marca del cine de Bier y su habitual coguionista (Anders Thomas Jensen). Se trata de un poderoso melodrama donde nuevamente las interpretaciones resultan los puntos más altos.

«En un mundo mejor» obtuvo el Premio a Mejor Película Extranjera en 2010.

«En un mundo mejor», la otra nominada al Oscar extranjero, finalmente le permitirá obtener el tan codiciado galardón a su realizadora. Pero en la taquilla curiosamente, pese al Oscar obtenido, hará sólo la mitad de la anterior que se tuvo que conformar con la nominación. La trama está centrada en la amistad de dos jóvenes, uno de los cuales (Elias) convence al restante (Christian) a asociarse para fabricar explosivos y vivir de su venta clandestina. Elias odia a su madre (Trine Dyrbolm, actriz de «La celebración»). Christian a su vez acusa a su padre (Ulrich Thomsen) por la muerte (de cáncer) de su madre. La película, cuyo título original es «Venganza», es otro profundo melodrama aunque, a diferencia del anterior, el mensaje final puede calificarse de optimista.

Hay un cambio de registro en «Todo lo que necesitas es amor» y ello pese a que Ida, el personaje central femenino nuevamente interpretado por Trine Dyrholm, es una peluquera danesa que viene recuperándose de una grave enfermedad. Llega a la bella Sorrento para asistir al casamiento de su hija y allí conoce a su futuro consuegro. Philip (Pierce Brosnan), tal su nombre, es un reciente viudo de nacionalidad inglesa que posee allí una fábrica. El imaginable romance entre ambos no tardará en producirse pero la sorpresa vendrá por el lado de la joven pareja al momento de la boda. Es posiblemente la más optimista de las producciones recientes de Susanne Bier, a diferencia de la siguiente «Una segunda oportunidad».

Pierce Brosnan y Trine Dyrholm protagonizan «Todo lo que necesitas es amor».

La historia del cine de Dinamarca arranca con grandes realizadores clásicos como Benjamin Christensen y Carl Thomas Dreyer («La pasión de Juana de Arco»). Continúa con, entre otros, dos recientemente fallecidos como Gabriel Axel («La fiesta de Babette») y Bille August («Con las mejores intenciones»). Hoy sigue viva con las obras de Lars von Trier, Thomas Vinterberg y sin duda la prolífica y muy talentosa Susanne Bier.