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“El valle del amor”: filmotaquilla de Isabelle Huppert

La actriz francesa ostenta el récord de tres estrenos en apenas dos meses.

“El valle del amor – un lugar para decir adiós”.

Cuando aún siguen en cartel “Elle: abuso de seducción” y “El porvenir”, se estrena “El valle del amor – un lugar para decir adiós”, otra película con Isabelle Huppert.

Con estas tres películas, la actriz francesa de 64 años completa las cien producciones cinematográficas desde su inicio en 1972 con un sorprendente promedio de algo más de dos por año. En lo que va de la presente década, ese valor es aún mayor al alcanzar una media de tres anuales.

Sin embargo son más las que nunca tuvieron estreno en Argentina. “Faustina, una lágrima…un amor”, de la realizadora Nina Companeez, es la primera que inaugura su carrera y fue exhibida comercialmente. Allí Isabelle tenía un rol secundario ya que el principal era ocupado por la entonces muy popular y joven Isabelle Adjani.

Cabe rescatar otras tempranas realizaciones, siempre en papeles secundarios, también conocidas aquí, como “Cesar y Rosalía” de Claude Sautet y “Las cosas por su nombre” (“Les valseuses”), de Bertrand Blier, con un trío central inolvidable (Gérad Depardieu, Miou-Miou, Patrick Dewaere).

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Huppert suma 21 estrenos en Argentina desde 1997.

 

Su nombre empieza a tener cierta resonancia en círculos cinéfilos en 1977 (estreno en Argentina en marzo de 1978) cuando el suizo Claude Goretta (“La invitación”, “Ladrón, marido y amante”) la dirige en “Amantes” (“La dentelliere”). El título original está inspirado en el más famoso cuadro (de una costurera) del pintor flamenco Vermeer. Allí compone a Pomme, una chica de unos 18 años (ya tenía algunos más), de limitada formación cultural y no muy agraciada que mantiene una primera relación amorosa con un joven burgués e intelectual. La caracterización que logra de su personaje, tímido e indefenso y la forma en que sucumbe al no estar preparada a afrontar a su pareja, le valieron un temprano reconocimiento internacional. Fue su primera nominación (como actriz principal) a los premios César de Francia.

En 1978 también se estrenaba localmente la primera de sus siete colaboraciones con el célebre (fallecido en 2010) realizador Claude Chabrol. El título local “Niña de día, mujer de noche” era más sugerente que el original en Francia (“Violette Noziére”). Se basaba en la historia real de una mujer que asesinó a su madre y envenenó a su padre, terminando sus días al ser condenada a la guillotina.

El reencuentro con Chabrol se produciría diez años más tarde cuando la dirigiera en “Un asunto de mujeres” (“Une affaire de femmes”), otro film impactante. Protagoniza a una mujer que se dedica a hacer abortos clandestinos a mujeres que mantuvieron sexo con alemanes durante la ocupación de Francia. Tardó insólitamente catorce años en ser estrenada en Argentina y quien se “atrevió” a hacerlo fue Rubén Katzowicz, cinéfilo apasionado y distribuidor independiente (Good Movies), que falleció a los 49 años.

Los siguientes títulos con el célebre director de la Nouvelle Vague muestran cierta recurrencia de la actriz a interpretar personajes perversos, característica que se mantiene aún en la actualidad (“Elle”). Tal el caso de “La ceremonia” donde, empleada de correo, entabla amistad con una mucama (excelente Sandrine Bonnaire) que trabaja en la casa de un matrimonio burgués y acomodado, integrado por Jacqueline Bisset y Jean Pierre Cassel. Con puntos de contactos con la anterior “Violette Noziere”, las dos jóvenes preparan un plan para vengarse, al haber sido expulsada la mucama cuando los patrones descubrieron que era analfabeta.

Se podría afirmar que “Gracias por el chocolate” conforma junto a los tres films antes citados una tetralogía Chabrol-Huppert. Aquí su personaje es algo diferente ya que ella es la dueña de una fábrica de chocolate y ahora su condición social la vincula con la alta burguesía. Todo parece indicar que no tiene la perversidad de los tres personajes anteriores, pero una revelación justo al final de la obra pondrá las cosas en su lugar y nuevamente nos mostrará otro personaje oscuro, como nos tiene acostumbrados Huppert.

«Gracias por el chocolate».

De las restantes colaboraciones con Chabrol, cabe señalar que una sola no se estrenó localmente y es llamativo que, siendo una obra muy famosa, ningún distribuidor independiente se haya tentado a hacerlo. Nos referimos a “Madame Bovary” que le valió el premio a mejor actriz en el Festival de Moscú, pero no está entre lo mejor de su carrera.

Al inicio del presente siglo irrumpe en la vida cinematográfica de la actriz un director alemán que de alguna manera toma la posta de Chabrol. Michael Haneke la dirige por primera vez en “La profesora de piano” y le permite ganar a ella el premio de interpretación femenina en el Festival de Cannes (ya lo había obtenido aunque compartido – ex aequo – en 1978 con “Niña de día, mujer de noche”). Nuevamente personifica a un personaje sórdido, en una relación enfermiza con su madre (nada menos que Annie Girardot).

El director de “La cinta blanca” (su primera Palma de Oro) le reserva un rol menor en “Amour” (segunda Palma de Oro, pero además Oscar al mejor film extranjero). La sociedad Haneke-Huppert no parece tener fin ya que este año, concretamente en pocos días, volverán a ascender juntos por la alfombra roja de Cannes, cuando presenten “Happy End”. Y los acompañará nuevamente Jean-Louis Trintignant, quien ya lo hizo en “Amour”. Seguramente habrá un recuerdo para Emmanuelle Riva (“Hiroshima mon amour”), fallecida a inicios de este año.

Desde el punto de vista de la taquilla, la película más exitosa de Isabelle Huppert ha sido “8 mujeres” (“8 Femmes”) de Francois Ozon, la única en superar la barrera de los cien mil espectadores en los últimos veinte años. En una mansión aislada por la nieve ha ocurrido un crimen y todas esas mujeres (esposa, hijas, domésticas, etc) son sospechosas de un crimen del único hombre de la casa. Las ocho mujeres del título son en su mayoría actrices muy célebres en Francia, entre las cuales Catherine Deneuve, Fanny Ardant, Emmanuelle Béart, Danielle Darrieux y obviamente Huppert.

Fue el quinto largometraje de Ozon, un realizador francés que estrena regularmente una película por año. La última (“Frantz”) se acaba de presentar localmente y la próxima competirá en pocos días en el Festival de Cannes.

“Elle: abuso y seducción”

Del segundo al quinto puesto del top ten alternan obras de dos de sus directores predilectos, los ya nombrados Haneke Y Chabrol. Este último tiene aún dos films más entre los primeros diez. En el ranking aparecen además dos recientes estrenos dirigidos en 2016.

Elle: abuso y seducción”, de Paul Verhoeven (“Bajos instintos”), retoma el tipo de personajes a que nos tiene acostumbrados la actriz y que le valió un Globo de Oro y la nominación a mejor actriz en los recientes Oscar, que perdió frente a Emma Stone (“La La Land”).

En cuanto a “El porvenir” (L’avenir”) de Mia Hansen-Love (“El padre de mis hijos”) continúa muy fuerte en la taquilla local habiendo ya superado los 20.000 espectadores. Aquí es una profesora de filosofía a quien su esposo, de idéntica profesión, abandona confesando (a instancias de la hija de ambos) que tiene una amante más joven. Es uno de sus personajes más sosegados de los últimos tiempos, casi la antítesis del de “Elle”.

Se lo puede relacionar con el de “Villa Amalia” de Benoit Jacquot, en que también compone a una mujer sola, ahora concertista y compositora, que decide abandonar a su marido. Transcurre en una isla de Italia y el film con apenas cuatro copias y quince semanas en cartel logró superar los 15.000 espectadores.

La versatilidad de la actriz le ha permitido en algunas ocasiones trabajar en comedias como “Mi peor pesadilla” de Anne Fontaine, aunque con pobre respuesta de público.

«Ocho mujeres».

Mejor le fue con “En otro país” del prolífico y muy venerado realizador coreano Hong Sang-Soo, única de sus obras estrenadas en Argentina. Francesa entre múltiples actores coreanos, interpretaba tres diferentes personajes, todas de idéntico nombre Anne. Estos salían de la pluma de una joven del país que escribía tres versiones de un guion cinematográfico en que Huppert era sucesivamente directora de cine, esposa adúltera que espera a su amante (director de cine) en un lujoso hotel mientras que en la tercera era su marido quien la engañaba. Recordable por el personaje de un peculiar guardavidas, la belleza de la playa de Mohang y un tipo de cine que recuerda por momentos a los famosos “cuentos morales” del francés Eric Rohmer.

El valle del amor – un lugar para decir adiós”, su tercera del año en Argentina, es muy diferente a casi toda sus producciones anteriores. Pese a estar filmada en los Estados Unidos (Death Valley), es totalmente francesa incluyendo a Guillaume Nicloux, que ya la había dirigido en “La religiosa”, que pasó por nuestras pantallas y donde componía a una monja siniestra. Aquí nuevamente es una mujer separada, que se reencuentra con su marido en ese árido sitio norteamericano, a pedido póstumo de su hijo suicidado. No conviene avanzar más en la trama, pero en cambio vale señalar que los dos personajes centrales llevan sus propios nombres. El de él es Gerard y quien lo interpreta es el más prolífico actor francés, con casi doscientas películas en su haber. Es sorprendente que casi nunca Depardieu y Huppert hayan actuado en la misma película, siendo “El valle del amor” la gran oportunidad de verlos juntos, encabezando el reparto.