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Spielberg : “The Post” y los pentagon papers

Por Jorge Luis Scherer

pentagon papers

La mentira es una de las mayores defraudaciones que un gobernante puede cometer a la sociedad. Lyndon B. Johnson, el presidente norteamericano, que sucedió al asesinado John F. Kennedy, le mintió a su pueblo en tiempos de la Guerra de Vietnam.  El republicano Richard Nixon, en 1971, a los dos años de haber asumido la presidencia, se encontró que dos de los diarios más importantes del país tenían en su poder los papeles confidenciales del Pentágono que desnudaban las trampas del gobierno de su antecesor Johnson. Nixon, prefirió ocultar la verdad, otra de las formas de la mentira,  y para eso había que silenciar a The New York Times y The Washington Post. La libertad de expresión  se puso en juego, la justicia fue el terreno para el debate y al final no estuvo del lado de los intereses mezquinos, complacientes  y corporativos, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, dijo que el pueblo tenía el derecho de saber la verdad, la famosa Primera Enmienda privilegiaba una vez más a la libertad.

Steven Spielberg, que  ha viajado por distintos géneros en su prolífica carrera, incursiona  ahora en una nueva historia verídica del periodismo norteamericano,  donde se realza el valor de la prensa y de las instituciones, cuando uno de los poderes juega sucio. Meryl Streep, que vuelve a tener un papel fuerte, interpreta a la editora del The  Washington Post, Katherine Graham, una mujer de convicciones, que arriesgó todo en momentos de gran incertidumbre, el cierre del periódico fue una de las amenazas de Nixon. Tom Hanks, interpreta a Ben Bradlee, el director del Post. La figura de Bradlee, ya había cobrado notoriedad en el cine, cuando Jason Robards lo interpretó en el filme de Alan J. Pakula, “Todos los hombres del presidente”(1976), donde Dustin Hoffman y Robert Redford, recrearon las figuras de los reporteros de The Post , Carl Bernstein y Bob Woodward, quienes destaparon la olla del caso Watergate, que le costó la presidencia a Nixon. Spielberg, vuelve a contar con la excelente  fotografía de Janusz Kaminski, con un tono casi documental, y la música del ilustre   John Williams, que acompaña el verismo dramático. La National Board of Review, la eligió como la mejor película de 2017, y  Meryl Streep y Tom Hanks como los mejores actores. Seguramente volverán a ser firmes candidatos en los premios Oscar.

A puertas cerradas

Daniel Ellsberg (interpretado en este filme por Matthew Rhys), fue un funcionario de la  Rand Corporation, durante la presidencia de Johnson.

En 1969 filtró  unas siete mil páginas confidenciales elaboradas por el departamento  de Defensa, pero recién dos años más tarde entregó las copias a The New York Times. Ellsberg,   antecesor de Bradley Manning , Julian Assange (Wikileaks) y Edward

Snowden ,que filtraron documentos secretos, pensó que la prensa debería saber lo que se decía a puertas cerradas, que por lo visto  poco tenía que ver con lo que se comunicaba al pueblo norteamericano a través de la prensa. Ellsberg, siempre lamentó no haber contado con la información mucho antes,  porque tal vez se hubieran evitado muchos bombardeos y muertes.

Durante los últimos años de la Guerra de Vietnam, la prensa fue vista  por Johnson y Nixon como un adversario político y militar. Hay una clara sentencia del general William C. Westmoreland, cuando dijo: “Vietnam fue la primera guerra de la historia perdida en las columnas del New York Times”. Pero en los primeros tiempos del conflicto bélico, la prensa norteamericana propugnaba contra la expansión comunista en Vietnam,  esa zona del mundo donde el cincuenta por ciento de los estadounidenses nunca había escuchado nombrar. No hay que olvidar, que el filósofo Bertrand Russell, en una carta dirigida al The New York Times en 1963 denunciaba las atrocidades de los bombardeos con napalm sobre la población vietnamita y acusaba al gobierno de Estados Unidos de “estar dirigiendo una guerra de aniquilación en Vietnam”. Sin embargo, los medios principales continuaron apoyando las decisiones del gobierno y no se hacían eco de la “propaganda comunista”. Tuvieron que llegar varios miles de féretros de los hijos de la patria a los aeropuertos norteamericanos, para que los principales diarios comentaran que la intervención en Vietnam había sido un error.

En junio de 1971, The New York Times publico un extracto de los papeles del Pentágono,  bajo el título oficial de “Relaciones Estados Unidos – Vietnam 1945-1967”, el estudio había sido encargado por el secretario de Defensa Robert McNamara, quien fue uno de los impulsores de esta guerra que comenzó con ayuda económica y de asesores militares, y termino siendo un conflicto a  gran escala, con más de 2,5 millones de norteamericanos sirviendo en la guerra asiática, y que le costó la vida a casi 60 mil soldados de Estados Unidos. Pero también quedará en la conciencia de ese país el haber sido los responsables y causantes directos de la muerte de más de un millón de personas, de los cinco millones que fallecieron, además de hogares y tierras calcinadas por los bombardeos con las terribles Napalm, fósforo, y toda clase de armas. En 1969, Johnson tenía 500 mil hombres en Vietnam,” el cielo es el límite” había dicho,  no quería ser el primer presidente norteamericano que perdiera una guerra, pero el camino estaba signado. En Vietnam, los soldados norteamericanos vivían un colapso moral, la mitad de los hombres consumía drogas, y en Estados Unidos,  los movimientos pacifistas  reunían 200 mil  manifestantes y marchaban frente al Pentágono, y había un éxodo masivo de ciudadanos a Canadá. Johnson, acorralado y perdido no se presenta a la reelección y Nixon, al asumir, inició una serie de bombardeos secretos sobre Laos y Camboya para cortar la ruta Ho Chi Minh. Laos se convirtió en la nación más bombardeada de la tierra con más de 2,5 millones de bombas. Y esta era información top scret. The New York Times, gracias a unas filtraciones dentro de la Fuerza Aérea publicó noticias sobre estos ataques secretos. Nixon no quería ser el perdedor firmando una paz humillante, por eso intensificaba los bombardeos para llegar a un acuerdo sin vencedores ni vencidos. Los acuerdos de paz se firmaron en enero de 1973, pero fue una guerra que sólo terminó para los norteamericanos. Poco después, Nixon fue acorralado por el Caso Watergate, hasta que se produjo su renuncia en agosto de 1974.

Katharine Graham ( 1917-1921) y Ben Bradlee (1921-2014)

Ella como editora, y él como director de The Washington Post,  fueron piezas claves para desentrañar las oscuridades del poder en dos casos lamentables que alcanzaron notoriedad mundial: los papeles del Pentágono y el caso Watergate. Katharine, fue periodista desde sus años casi adolescentes. Su padre había comprado The Post cuando estaba quebrado en 1933. Sin embargo, por una condición de género, su padre puso como director a quien sería su esposo a partir de 1940, el abogado Philip Graham, quien se suicidó en 1963. Ben Bradley, quien había trabajado como reportero en The Post, antes de pasar a la revista Newsweek, vuelve al diario y se convierte en su director desde 1968 hasta 1991. Ben y Katharine, no sólo tuvieron el coraje de enfrentarse al gobierno de Nixon por los papeles del Pentágono, bajo amenazas de perder licencias de otros medios, y entrar en una crisis económica,  sino que apostaron fuerte en la creencia de los valores institucionales y  arremetieron contra el poder. Luego,  cuando los periodistas de The Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, descubrieron el escándalo Watergate (la información llegó de un denunciante sin rostro, conocido como Garganta Profunda, con los años se sabría que era un agente del FBI), volvieron a establecer el papel del periodismo libre  en las sociedades modernas. En “El Informante” (2017) de reciente estreno,  Liam Neeson interpreta al agente Mark Felt, conocido como “garganta profunda” .Por su labor destacada, Katharine Graham, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, y ganó el Premio Pulitzer, en la categoría biografía, autobiografía.

Sobre la Guerra de Vietnam, se filmaron  películas que alcanzaron el nivel de clásicos,   de la década del setenta se destacan : “El Francotirador” (The Deer Hunter) dirigida por Michael Cimino, y Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola. Oliver Stone, que fue soldado en Vietnam, realizó en 1971 un corto de siete minutos cuando era estudiante de cine, llamado “Ultimo año en Vietnam”, y en los años 80 hizo  “Pelotón” y “Nacido el 4 de julio”, y en los 90 “En el cielo y la tierra”. Stanley Kubrick, con  “Nacido para matar”, incluyó otro clásico a la selecta lista.