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Luc Besson: Hacedor europeo de fantasías

El realizador galo se convirtió en uno de los productores más exitosos de Europa. Además de dirigir algunas de las películas más costosas del continente.

El nombre de Luc Besson fue sufriendo diversas mutaciones en el imaginario popular en las últimas décadas. Sin embargo, desde su ópera prima, realizada en 1982, sus películas logran cruzar la vanguardia con el gusto por lo popular.

Para la mayoría es reconocido por «El quinto elemento» (junto con «Lucy», su filme más exitoso a nivel mundial) y valorado por «La femme Nikita» y «El perfecto asesino». Estas dos últimas son, sin dudas, sus títulos más logrados.

Besson logró ser reconocido en Francia con su segunda película: la comedia negra de fantasía «Subway», con Christopher Lambert (un año antes de «Highlander») e Isabelle Adjani. En 1988 llegó «Azul profundo» donde trabajó por primera vez con Jean Reno, pero el filme no fue muy bien recibido por crítica y público. Las cosas cambiarían sustancialmente con su próximo proyecto.

La década del ´90

Una criminal drogadicta es encerrada en un secreto complejo gubernamental. Ahí la entrenan y le dan una nueva identidad para convertirla en la perfecta asesina. Ese fue el concepto de «La femme Nikita» -1991- (conocida como «Nikita»). El thriller, protagonizado por Anne Parrillaud (quien era la mujer de Besson en ese entonces), fue un tremendo éxito en Europa. Además recibió una nominación a los Globos de Oro como Mejor Película Extranjera. La trama de «Nikita» fue lo suficientemente popular como para que Canadá la adaptara seis años después en la serie televisiva «La femme Nikita» (por los creadores de «24»). Una segunda adaptación llegó en 2010, con una alta producción norteamericana.

El éxito de «Nikita» le abrió a Besson las puertas de Hollywood. Así llegó la que, para la mayoría, es su mejor película. Hablamos de «El perfecto asesino» («Leon – The professional») en 1994. Con Jean Reno como un asesino profesional que adopta a una huérfana (el debut de Natalie Portman) cuya familia fue asesinada por agentes corruptos de la DEA.

A partir de ese filme, Besson empezó a realizar proyectos cada vez más ambiciosos. Primero fue «El quinto elemento», la película no-hollywoodense más costosa del siglo XX, con US$ 80.000.000 de dólares de presupuesto. Esta fantasía espacial estaba protagonizada por Bruce Willis y el debut de Milla Jovovich (que pasaría a ser la esposa de Besson). El filme, estrenado en 1997, recaudó US$ 263.000.000 de dólares.

Pero su siguiente filme, una ambiciosa reconstrucción de la vida de Juana de Arco, se convirtió en un problemático fracaso comercial y de crítica. Esto mantuvo alejado a Besson de la silla del director por seis años.

El nuevo siglo

Pese a no dirigir, Besson se mantuvo activo al fundar su productora y estudio cinematográfico Europacorp, de la que salieron las sagas de «Taxi» (cuyas primeras entregas se cuentan entre los títulos más exitosos del cine francés); de «El transportador» y más recientemente, «Taken» (Búsqueda implacable), entre muchas otras.

Salvo en el caso de «Taxi», el formato de producción de estas sagas siempre fue el mismo. Realizar títulos de carácter internacional y habladas en inglés. Además de contar con estrellas reconocidas a nivel mundial para facilitar la llegada a todos los mercados. Pese a eso, la producción se llevaba a cabo desde tierras francesas.

Besson volvió a la silla de director con «Angel-A» en 2005. Luego dedicó el siguiente quinquenio a desarrollar una costosa trilogía familiar: «Arthur y los Minimoys». Cada una de estas entregas costó cerca de US$ 100.000.000 de dólares. A diferencia de Hollywood, la recaudación descendiente de estos filmes no amedrentó a Besson, quien terminó la trilogía aun a riesgo de ir a pérdida en la taquilla.

Las acciones de Besson como director sufrieron considerablemente con varios títulos que fracasaron a nivel crítico y comercial. Además de la saga de «Arthur», tampoco funcionó su costosa adaptación de un popular cómic francés «Adele Blanc-Sec» (2010). Peor les fue al drama «The lady» (2012) y a la comedia de acción «Malavita» (Una familia peligrosa) con Robert de Niro y Michelle Pfeifer (2013).

LUCY y VALERIAN

Sin embargo, Besson volvió a estar en boca de todos con «Lucy». El filme estuvo protagonizada por Scarlett Johansson y Morgan Freeman. Este thriller de ciencia ficción se convirtió en la película más exitosa de la carrera de su director.

Con un costo de US$ 40.000.000 de dólares, «Lucy» terminó recaudando más de US$ 460.000.000 de dólares a nivel mundial.

Este regreso a las grandes planas (además de los cientos de millones generados por la trilogía de «Taken») le permitió a Besson encarar el proyecto más ambicioso de su carrera: «Valerian y la ciudad de los mil planetas».

Esta épica de ciencia ficción está basada en una serie de cómics franceses de la década del sesenta. De ellas se inspiraron algunas de las grandes obras de los últimos años, como «Star wars» y «Avatar». Con un costo de US$ 200.000.000 de dólares, Besson logra llevar a la pantalla grande la obra que, según él, lo hizo querer contar historias desde su infancia.