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«La obra secreta»: La vida que imita al arte

Se estrena esta interesante cruza de ficción, documental, videoarte y otras disciplinas audiovisuales; producida por los creadores de «El ciudadano ilustre».

"La obra secreta"

El cine argentino suele estrenar películas más arriesgadas de lo que se supone. Quizás hoy no sea novedad una película que cruza los límites entre la ficción y el documental. Pero no deja de ser una movida arriesgada en un mercado que va cada vez más a lo seguro.

Sin embargo, «La obra secreta» va mucho más allá. Cruza distintas disciplinas audiovisuales. Hay ficción, hay documental, hay videoarte, hay experimentación. El resultado de seguro dividirá aguas pero no deja de ser un ejercicio distinto a lo que suele verse en la pantalla grande.

Este filme representa la ópera prima de Graciela Taquini, pero con una red de contención muy particular. El guión de «La obra secreta» está firmado por Andrés Duprat, guionista de «El hombre de al lado» y «El ciudadano ilustre». Y produciendo nada menos que los directores de esos dos filmes, Gastón Duprat y Mariano Cohn.

«La obra secreta»

La parte de ficción de este proyecto está encabezada por Daniel Hendler. Hendler interpreta a Elio Montes, un arquitecto frustrado y conocedor del trabajo de Le Corbusier, máxima figura de la arquitectura moderna. Montes trabaja como encargado de las visitas guiadas en la Casa Curutchet, único trabajo de Le Corbusier en Latinoamérica. Cincuenta años después de su muerte, el afamado arquitecto suizo llega a la ciudad de La Plata para conocer la casa, que no conoció en vida.

El largometraje de ficción entrelaza tres ejes narrativos: la figura y el pensamiento de Le Corbusier por un lado. Además, una exhaustiva visita guiada a una de sus obras más logradas y menos conocidas -la casa Curutchet de La Plata-. Y por otro, la extraña influencia que su figura ejerció sobre diversos aspectos de la vida del ignoto arquitecto de ficción, Elio Montes.

La entrevista

Ultracine habló con la directora Graciela Taquini sobre el proceso de llevar este particular proyecto a la pantalla grande.

Ultracine: Luego de décadas de trabajo en el videoarte, debuta en el largometraje. Pero lo hace mezclando diversas disciplinas, incluyendo la ficción. ¿Por qué recién ahora?

Graciela Taquini: Hace treinta años realizaba mi opera prima en video, Roles en 1988. En algunas cosas soy pionera  y hasta visionaria, pero en mi vida siempre me he tomado mi tiempo. Siempre fui cinéfila, pero no tenía pensado hacer cine. Ser directora de cine no era un proyecto personal, pero cuando me llaman Mariano Cohn y Gastón Duprat y me ofrecen este tema, con guion de Andrés Duprat y actuación de Daniel Hendler,  no pude decir que no.

Ultracine: ¿Cómo fue el trabajo con Andrés Duprat, quien lleva realizados varios guiones de algunas de las películas argentinas más celebradas de la década?

Graciela Taquini: Fue fantástico, formamos un trío de discusión por mail con él y Gastón, analizando cada idea. Yo quería que el personaje fuera multidimensional.  Que de alguna manera, a pesar de sus contradicciones, fuera entrañable. A veces es difícil identificarse con la acidez de los personajes de los Cohn-Duprat. Insistí mucho sobre eso.

Ultracine: ¿Cómo fue el trabajo visual dentro de la casa Curuchet, y cómo trabajaron para desmarcar de la visual de ese espacio que se vio en “El hombre de al lado”?

Graciela Taquini: En «El hombre de al lado», la casa es una locación. Aquí se planificaron las visitas, pensamos en fotografía fija y se llamo a Mario Chierico, un artista y fotógrafo platense que le saco lustre a la casa. Se planificaron los planos secuencia con steady cam, los soliloquios de Elio, las clases con diapositivas y al final la mirada fotográfica de Le Corbusier sobre la ciudad tercer mundista. Trabajamos las secuencias tratando de enrarecer el espacio realista. Buscamos, experimentamos. Nunca con efectos: cada cosa tiene sentido, desde el ruido del mar, hasta la duplicación de la imagen.

El lanzamiento

Ultracine: Siendo una producción independiente, ¿cómo están trabajando el lanzamiento?

Graciela Taquini: Tanto Andrés (Duprat) como yo venimos del palo del arte contemporáneo y nuestro campo de interés se amplía.  Pero al mismo tiempo esto es un híbrido, una comedia desopilante. Tiene un discurso sobre la utopía, la modernidad y la postmodernidad, que se desliza en la ficción.

 

 

"La obra secreta"