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Festival de Lima: Entrevista a Kleber Mendonça Filho

“Vivimos en una sociedad muy frágil”, señala. La percepción del director brasileño de Aquarius no podía ser más enfática, ya que su película grafica la lucha de una mujer por salvar su departamento de los apetitos de una millonaria constructora.

Kleber Mendonca Filho

Fotografía: Gonzalo Hurtado para Ultracine.

La muestra brasileña de ficción en esta edición del Festival de Cine de Lima llega con bastante fuerza. “Aquarius” trae de regreso a un emblema del cine de ese país como lo es Sonia Braga, cuya natural vehemencia es trasladada al rol de Clara, una madura burguesa de Recife con pasado de izquierda que está retirada en su cómodo departamento en un condominio playero. Viuda y con tres hijos, Clara vive de la renta de los departamentos que su marido le dejó. Tiene un gran gusto por la bossa nova y los grandes cantautores brasileños, goza de la buena lectura y ha aceptado sin problemas la condición gay de uno de sus vástagos, e incluso disfruta de su sexualidad cuando le da la gana.

Pero su apacible vida se ve amenazada cuando Diego, el joven arquitecto de una empresa inmobiliaria, le ofrece comprar su departamento por un precio ventajoso. La negativa de Clara dará lugar a suerte de guerra en la que sufrirá continúas presiones psicológicas para forzarla a vender. Es entonces que el espíritu combativo de la mujer surgirá, solo para comprobar que su lucha es tan desigual como imposible. Pero a pesar de ello y de la reprobación de sus familiares, ella se negará a perder aquel inmueble que tantos recuerdos familiares y luchas políticas de sus parientes se gestaron ahí. La caracterización soberbia de la Braga la pone desde ya como la gran favorita a mejor actriz del festival.

A continuación, la conversación que tuvimos con el director Kleber Mendonça Filho, cuya película anterior, “El sonido alrededor”, ganó el premio a mejor Guión en la edición 2013 del Festival de Lima.

¿Cómo nació la idea de “Aquarius”?
KM: Nació con una serie de inquietudes que tenía acerca de la ciudad de Recife que es donde yo vivo. Se trata de una ciudad fantástica con muchas personalidades, pero que está pasando por un proceso de demolición y reconstrucción. Eso para mí es muy problemático porque estamos hablando de pasar por encima de documentos e historia y eso es un tema muy fuerte.

¿Tu intención al acercarte al personaje que interpreta Sonia Braga era identificar un tejido social de la sociedad brasileña?
KM: No niego que el resultado pueda ser ese, pero inicialmente no planeé eso. Yo solo quería contar una historia que ocurre en una playa con condominios que tienen un gran valor inmobiliario. Cuando la historia empieza ahí da lugar a muchos desarrollos de manera natural. Clara es una periodista jubilada que tiene una vida confortable, pero no es millonaria: se trata de una burguesa que se ve en una situación de desventaja frente a un grupo económico muy poderoso. Por eso es natural que ella utilice las armas que su clase le permiten para poder defenderse. Lo que tú señalas es el resultado de todo eso, más no mi deseo original.

Es curioso mostrar a Clara como una mujer con ideales de izquierda teniendo el trasfondo de la crisis política en Brasil…
KM: Era complicado tratar el tema debido a que en mi país hay una división política muy fuerte y muchos buscan cualquier señal para estigmatizarte como alguien de izquierda. Por eso era importante conocer el pasado político de Clara para llegar a entender el porqué de su negativa a vender su propiedad a una inmobiliaria. Ella se rodea del tipo de gente que comúnmente se asocia a la izquierda. Clara se vuelve en una suerte de heroína a raíz de un tema muy sencillo pero por una cuestión de democracia, no la pensé como una revolucionaria ni mucho menos. Para mí era muy importante presentarla como una militante sin haberlo sido realmente. Yo conozco mujeres que son feministas más no militan en ningún movimiento. Su accionar y su vida son feministas, más no su discurso ni ideas. La película aún no se ha estrenado en Brasil y tengo mucha curiosidad por saber si el público va a tener una interpretación parecida a la que señalas. Mi gran pregunta ahora es que significa realmente ser de izquierda. De la derecha al menos ya lo sabemos.

Sonia Braga en "Aquarius".

Sonia Braga en «Aquarius».

¿Sonia Braga siempre fue tu primera opción para este papel?
KM: Cuando empecé a escribir el guión tuve la ridícula idea de pensar que podía ir a un supermercado y encontrar ahí a una mujer que yo pudiera decir; “Esa es Clara.” Obviamente, eso no tenía ningún sentido. Con el guión ya listo, Sonia Braga se convirtió en mi primera opción y ella dijo que sí de inmediato.

¿Crees que Sonia se emparentó demasiado con este personaje?
KM: Había un momento en el rodaje que ya no podía diferenciar a Clara de Sonia. Además, ten en cuenta que ella también tenía una casa en la playa y pasó por una situación muy parecida más no idéntica a la de la película. Evidentemente, hay un vínculo muy fuerte de Sonia con el papel, pero yo creo que no hubiera sido posible trabajar con una estrella que no estableciera un nivel de identificación de esa naturaleza. Había momentos en que la fuerza del texto la conmovía y en otros le daban arranques de cólera.

En “El sonido alrededor”, la intriga era el motor de la historia. En “Aquarius” ese elemento se manifiesta más sutilmente, rozando por momentos la investigación policial…
KM: En “El sonido alrededor” no llegas a saber quién es el personaje principal porque eso está muy difuso. En “Aquarius” si lo sabes porque Sonia capitaliza toda la atención. No llegas a tener momentos en que la gente de la inmobiliaria diga cosas como: “¿Y ahora que haremos con Clara?”. El punto de vista solo le pertenece a ella y eso crea más intriga hacer de lo que podría pasar con ella, lo que refuerza la idea de estar invadida por la gente de la constructora e incluso, la posibilidad latente de ser violentada o agredida.

"El sonido alrededor".

«El sonido alrededor».

Por momentos, la tensión que Clara vive me recuerda a “El fontanero” (1979) de Peter Weir. ¿Tuviste alguna película como referente?
KM: Si hubo una película que tuve en la cabeza fue “Moonlighting” de Jerzy Skolimowski, pero principalmente “La ventana indiscreta” de Hitchcock. Reconozco que tomé cosas descaradamente de ese filme en las escenas iniciales. Ese director es una presencia constante en mi filmografía.

La presentación de la película ocurre en plena dictadura militar, pero el desarrollo posterior –ya en democracia-, cambia el rol de opresores de militares a empresarios. ¿Esa es tu visión?
KM: Un día paseaba por un centro comercial y en el escaparate de una librería vi un libro sobre marketing que se titulaba: “Cómo mentir usando números”. Todo un bestseller. Eso me parece fascinante. Al momento de escribir el guión yo buscaba referencias en libros de negocios como ese, pero de ninguna manera quisiera parecer marxista por hacer esas críticas. Me parece increíble que las prácticas del capitalismo sean tan sucias y fue así como construí al personaje de Diego (Humberto Carrao). Tienes que pensar que cuando una obra te plantea mentir es que estás frente a una nueva clase de villano. Vivimos en una sociedad muy frágil en esos términos.

Por Gonzalo “Sayo” Hurtado para Ultracine.