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Comedia y política: Entrevista con Simon Verhoeven

El año pasado «Bienvenido a la Casa de los Hartmanns» fue la película más taquillera de Alemania. 8 millones de espectadores fueron a ver la historia de una familia que acoge a un refugiado: Diallo.

Abajo una conversación exclusiva con Simon Verhoeven, su director, en el hotel Intersur dentro del Festival de Cine alemán.

Ultracine: Su película fue la más vista del año pasado en Alemania. Sin embargo, mientras leía las notas todos insistían en la presencia del refugiado y pocos en el hecho de que es también un drama familiar. ¿Quiso hacer un drama? ¿O exponer ciertos conflictos?

Simon Verhoeven: Sí, absolutamente. En primer lugar yo escribí sobre la familia y no tenía pensado incorporar un refugiado. Eso surgió mientras escribía el guión y su presencia me permitió ver cómo esta familia podía comportarse. A través de su presencia la familia se hace visible.

U: Por otro lado, esta familia tiene características específicas: Son en su mayoría profesionales o camino a serlo. Y viven en un contexto de bienestar. ¿Lo pensó específicamente?

S.V: Es una familia académica. Y sí, la decisión fue totalmente pensada. Quise tomar una familia civilizada y con «altos ideales» y los uní con un africano, los confronté bajo el mismo techo. Diallo funciona un poco como un niño: dice la verdad, es muy directo y vivió cosas que son problemas reales, verdaderos. Contrariamente a algunos problemas que tienen los integrantes de la familia.

U: También parecería que la trama muestra algo de la alienación del estado de bienestar: el padre preocupado por sus arrugas, los hijos que no encuentran el amor… ¿Qué piensa de esto?

S.V: Él ayuda a la familia a poner en perspectiva sus problemas. Es un catalizador. Lo que yo no quería era que los problemas de la familia se trivialicen a partir de él. La mamá, por ejemplo, no se ocupa del marido y este huye. Creo que a través del refugiado todos pueden recategorizar su situación. Y darle el valor correspondiente a sus problemas.

ALEMANIA AÑO 2016

Si bien todo transcurre en un tono de comedia, se podría pensar que esta familia funciona como una mini Alemania. Donde la integración no solo tiene que ver con un africano sino también entre ellos mismos.

U: ¿Cree que esta familia funciona como metáfora de Alemania como país?

S.V: Sí, totalmente: Veo a esa familia como un microcosmos. En ella están representadas todas las opiniones. No se trata solamente de una familia de izquierda, eso sería aburrido. La película muestra un corte transversal de la sociedad y creo que eso es lo que ha funcionado para el público. La película es para todos, no es para un cierto sector.

U: ¿Le costó financiar la película?

S.V: Bueno, yo tenía algo de plata de mis películas anteriores. Pero hubieron muchas dudas para que me ayuden a financiar la película. El tema era tan actual que la gente me decía: «No sabemos qué puede pasar en los próximos seis meses. ¿Qué pasaría si hay un ataque terrorista? ¿O un ataque a un albergue de refugiados? ¿Pensás que la gente se va a querer reirse de un tema así?»

Por otro lado, el tema de los refugiados era el «tema nacional»: estaba en todos lados y en todos los medios y soportes. Tampoco creían que la gente podría sentirse interesada en ir a ver el cine otra vez el mismo tema.

«La comedia no es el fuerte de los alemanes.»

U: ¿El registro cómico lo tuvo siempre presente?

S.V: Cuando trato de escribir siempre empiezo por un núcleo serio. Y los personajes siempre son serios: Yo los tomo en serio. Empieza todo como un drama y después necesito el humor. Yo quiero hacer comedia. La comedia no es el fuerte de los cineastas alemanes contemporáneos.

U: Para terminar ¿pertence a algún partido político?

S.V: No. Aunque tengo mis simpatías. Pero todo es tan confuso que uno no sabe qué representa a quién. De eso también habla la película.

La conversación en la habitación 903 finaliza. Nos despedimos apretando manos y agradeciéndole por su tiempo.lorena_cancela