Actualidad, Argentina

«El fútbol o yo»: Pasión de multitudes

La nueva comedia de Adrián Suar trata un tema en extremo popular en un filme que busca dominar la taquilla de agosto.

 

El fútbol o yo

Tras un parate de cinco años (entre 2003 y 2008), Adrián Suar volvió a ser protagonista cinematográfico con el boom de 2008, «Un novio para mi mujer». Desde ese entonces, sus películas llegaron con cada vez mayor asiduidad a los cines locales. La primera etapa de Suar en cines contempla el período 1997-2003. Primero con el policial «Comodines» (1997),  seguida de la comedia negra «Cohen vs Rosi» (1998). En 2000 llega su primera comedia romántica, «Apariencias». Esta fórmula la repetirá varios años después y será con la que logrará sus mejores dividendos en la taquilla. El drama romántico con «El día que me quieras» (2003) fue un traspié con la crítica y el público. Por eso, Suar vuelve a terreno conocido con «Un novio para mi mujer» (2008).

El enorme éxito de este título lo lleva a realizar nuevos filmes que, con mayor o menor grado de picaresca, intentan ser comedias pasatistas para todo público, aunque con la intención decidida de atraer al público femenino y a las parejas.

De esa fórmula salen «Igualita a mi» (2010); «2+2» (2012) y su regreso con «Me casé con un boludo» (2016), la película argentina más vista del año pasado.

Tras el estreno de «Me casé con un boludo» en marzo, Suar vuelve al mes en el que estrenó tradicionalmente la mayoría de sus comedias: agosto.

También repite partenaire femenino: Julieta Díaz, quien coprotagonizó «2+2», en un rol similar: la esposa aparentemente ideal pero que un día decide que la rutina a su alrededor es demasiado agobiante. En el caso de «2+2», era la falta de experimentación y sorpresas en el sexo.

El fútbol o yo

En «El fútbol o yo«, Suar se mete con un tema popular entre los argentinos a más no poder: la pasión por el fútbol. Tras su regreso con Taratuto, acá dirige uno de los realizadores más taquilleros del cine argentino reciente: Marcos Carnevale.

La relación de Pedro Pintos (Suar) con el fútbol bordea lo patológico. Él, un coordinador de call center de una importante compañía de servicios médicos, es un fanático del fútbol. Pero del fútbol a secas, sin distinción de club, camiseta, bandera ni nacionalidad. El buen hombre es capaz de ver partidos durante las veinticuatro horas del día.

Está casado con Verónica (Díaz), desde hace veinte años, con quien tiene dos hijas adolescentes. Desde su infancia la pasión futbolística convivió más o menos en armonía con los demás aspectos de su vida.

Pero casi sin darse cuenta, su obsesión fue minando todos los espacios y, principalmente, sus afectos. En cierto momento, Pedro se encuentra separado de Verónica y despedido de su trabajo. En la dura soledad de su caída, se reconoce adicto al fútbol y decide pedir ayuda. Pedro intentará recuperar nuevamente su vida y encontrar el equilibrio de su pasión por el fútbol y el amor de su familia.

La película tiene todos los elementos que hacen popular a las películas de Suar. Esto es, personajes carismáticos -Suar es un personaje en sí mismo-. Todo enmarcado en escenarios de clase media-alta bucólicos y elegantes, y buen ritmo en cuanto a los gags. Pero la película sufre por varias de las cosas que afectaban a sus títulos anteriores. Entre ellas, un desarrollo y resolución demasiado conservadoras. Además, un timing narrativo que no siempre fluye, y una dirección que se nota demasiado televisiva. En ese sentido, cuando está Taratuto o Diego Kaplan al frente del barco, se nota mejor la formación cinematográfica de estos directores.

De cualquier manera, aquellos que busquen un pasatiempo descontracturado, divertido y sin demasiadas pretensiones, lo encontrarán en «El fútbol o yo».

Este es el trailer de la película.