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Forza Italia: entrevista a Francesco Amato

El director Francesco Amato presentó “Déjate llevar” en la cuarta Semana de Cine italiano.

Se desarrolla desde el 2 de junio y hasta el 8 de este mes la cuarta Semana de Cine Italiano. Es un evento que se viene consolidando en cada nueva presentación. Organizado por el Instituto Luce Cinecitta con el apoyo de la Embajada de Italia, el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires y el ICE (Agencia Italiana para el Comercio exterior).

Este año la programación incluye los últimos trabajos de los directores Marco Bellocchio y Cristina Comencini y del reconocidísimo actor Toni Servillo (“La Gran Belleza”). En la muestra conviven películas de arte con películas de acción como la secuela de la taquillera “Smetto cuando volgio”, “Lo dejo cuando quiero. Masterclass” que recaudó en Italia la suma de 4 millones de euros.

También se presentó “Déjate llevar” (de próximo estreno en la Argentina) de Francesco Amato. Protagonizada por Toni Servillo se alzó con 2.000.000 de euros en la taquilla. Ultracine conversó en exclusiva con su director, quien  vino a presentar su film a Buenos Aires.

Ultracine: Le soy sincera… pensé que me iba a encontrar con un director más grande ¿por qué quiso contar la historia de un hombre pasado los sesenta que atraviesa una crisis?

Francesco Amato: Creo que el hombre se parece a mi papá y la esposa a mi mamá. Yo me parezco más al personaje del paciente miedoso. Claro que el protagonista de mi película es psicoanalista y ellos son médicos. Mi papá atiende ancianas y mi mamá es pediatra. Yo quería contar una historia que tuviera que ver con el psicoanálisis.

U: ¿Por qué? ¿Usted cree en el psicoanálisis o se analiza?

F.A: Yo creo que sin psicoanálisis me sentiría como Chet Baker sin la trompeta. Yo hago psicoanálisis, me interesa mucho ese mundo. No sé si sirve o no sirve pero a mi me ayuda para aprender a contar, aprender a encontrar a una forma de contar sobre mi mismo. De hecho, superada la dimensión dramática de la propia neurosis uno puede acercarse a una dimensión cómica, más cerca de la comedia.

Los gustos de Francesco

U: ¿Entonces le gusta Woody Allen?

F.A: Sí, me gusta mucho su cine. Me gustan todas las películas que excavan en la psicología del personaje, que hacen un análisis de la psicología del personaje como Todd Solondz, Nanni Moreti, Marco Bellocchio. No siempre en todos sus films aparece el psicoanálisis de forma explícita pero de una u otra manera está siempre presente. Por otro lado, tengo mucho interés por la cultura judía.

U: En la película se refiere a algunas costumbres…

F.A: La película está enteramente ambientada en la comunidad hebraica y la sinagoga es un punto geográfico que da equilibro a todo el contexto.

U: La película ¿está filmada en Roma? ¿Tuvo que pedir autorización y pagar?

F.A: Filmar en Roma es muy difícil. Filmar en las provincias siempre es más fácil, no se necesitan permisos, ni pagar. El problema de filmar allí es que hay que pedir el permiso con mucha anticipación, un año aproximadamente.

Filmar con Toni… al revés que Hollywood

 

 

U: ¿Usted tenía en mente cuando escribió el guión a Toni Servillo?

F.A: Sí, claro.

U: ¿Cómo fue trabajar con él?

F.A: Es muy fácil porque Toni como es un actor de gran talento, como todos los grandes, sabe que la película gana que si él se deja dirigir. Toni necesita ser dirigido. De hecho, le gustó el guión pero no sabía cómo iba a salir. Fue muy fácil dirigirlo porque tiene una gran predisposición para ser un actor puro. Además, es un gran director de teatro y entonces me ayudaba a darle ritmo a la escena, y al marcar ese ritmo lo expandía al resto de los actores. La comedia es una puesta de ritmo. Y Toni era como un director de orquesta dentro del cuadro.

U: ¿Engordó para la película? Me da la sensación que al revés de los actores él tiene prótesis.

F.A: Sí, se puso prótesis. De hecho, tenía dos: una para el comienzo del film y otra para el final donde su personaje ya había entrenado.

U: ¿Cómo trabaja con los actores?

F.A: Yo siempre dialogo con los actores. En el set me gusta pensar en la persona detrás del actor y no solo en la película. En este rodaje, por ejemplo, cuando un actor me vino a plantear que quería cambiar el nombre de su personaje y me dio sus razones de porqué, lo entendí y lo cambié. Fue Fulvio Renoldi Bracco que había interpretado a César en la película de Claudio Caligari (“Non essere cattivo”) y no quería repetir el nombre, de allí que lo cambié a Ettore.

El productor

U: ¿Cómo fue el proceso de producción?

F.A: Con un colega fuimos a ver a Riccardo Tozzi y le hicimos la propuesta. Al productor le gustó mucho la idea y fuimos para adelante, fue muy simple.

U: Pareciera que en Italia la figura del productor es funcional. ¿Sí, no?

F.A: Conozco productores muy buenos que hacen mucho esfuerzo y otros  que no hacen nada. Para mí es muy importante, si en un momento de la película me doy cuenta de que el productor no está contento y yo tampoco, lo evalúo y rehago. A mí me gusta que el productor esté cerca, incluso físicamente, me gusta hablar, compartir decisiones.

 

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