Una cinematografía que viene creciendo a lo largo del presente siglo con varios realizadores consagrados.
“El tesoro” («Comoara») es la más reciente obra de Corneliu Porumboiu, director rumano de quien más películas se conocen en Argentina. Fue presentada en Cannes en 2015 y se estrena en nuestro país el 24 de marzo, un año después. La distribución es de Zeta Films y lo que llama la atención es el giro total frente a los films anteriores del mismo realizador. Se trata de una comedia en que un padre de familia intenta proteger a su hijo de las burlas de sus compañeros en el colegio. A través de la lectura de las aventuras de Robin Hood y de la búsqueda del “tesoro” del título, el padre buscará redimirse ante su vástago.
El año 2007 había tenido el record en Argentina de cuatro estrenos rumanos, tres de los cuales distribuidos por Zeta Films. Uno de ellos fue “Bucarest 12:08” del entonces debutante Porumboiu (nacido en 1975). Transcurre un 22 de diciembre, exactamente dieciséis años después del derrocamiento del dictador, en un programa de televisión de cable de provincia. En las entrevistas se plantea la duda acerca de si la gente se manifestó antes o después de las 12:08, momento preciso de la caída de Ceacescu. Se trata de una notable sátira con diálogos brillantes y muy jocosos que sorprenden por la modestia de los recursos utilizados y que recibió en Cannes el premio de la Cámara de Oro (mejor opera prima). Tuvo muy buena respuesta de la taquilla en Argentina con casi 28.000 espectadores.
“Policía, adjetivo” fue distribuida en 2010 por Primer Plano con regular asistencia de público (algo menos de 7.000 espectadores). Cristi es un novato policía al que se le asigna la ingrata tarea de seguir a un joven para probar que fuma hachis junto a sus compañeros. Transcurre en el pueblo natal de Porumboui (Vasliu) y es muy recordada la escena final en que el superior del agente humilla a su subalterno con un diccionario (de allí el extraño título del film).
“Bucarest 12:08” fue la ópera prima de Porumboiu.
“Cae la noche en Bucarest”, su cuarto largometraje, nuevamente distribuido por Zeta se mete en el mundo del cine. Contrapone a un realizador con una de sus actrices, de la que está enamorado y a quien intenta convencer en su auto para que pose desnuda en una escena del film. Filmada en algo menos de veinte planos secuencia, muestra al realizador discutiendo la ventaja del rodaje en 35mm frente al digital o también al cine de Antonioni, aunque por momentos la propuesta puede resultar algo morosa.
La nueva ola de cine rumano
Argentina tuvo el privilegio de presentar y premiar en la IV edición del BAFICI (18 al 28 de abril de 2002) a “Marfa sii banii” (“Stuff and Dough/ Mercadería y dinero”) del entonces treintañero Cristi Puiu, a la que en su país consideran la primera película de la denominada “Nueva ola de cine rumano”.
Durante el largo gobierno de Nicolae Ceaucescu, Rumania producía alrededor de 25 films anuales con escasa proyección internacional salvo el caso del realizador Lucien Pintilie. “Un domingo a las seis”, su opera prima, es una historia de amor entre dos jóvenes que nace en medio de la lucha clandestina contra los nazis en la Rumania de 1940. Fue la única de este gran realizador (“Un verano inolvidable”, “Terminus paradis”) estrenada en Argentina.
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Zeta Films ha sido el mayor distribuidor de cine rumano en nuestro país.
Luego de la caída del dictador y durante toda la década del ’90 la producción cinematográfica rumana se redujo a un mínimo en promedio de cuatro películas por año. Un hito clave fue la creación en 1997 de la Oficina Nacional del Cine, cuyos resultados se empezaron a ver en la siguiente década, cuando la producción fue de alrededor de diez títulos anuales.
Cristi Puiu
En Cannes 2001 se presentó su primera película ya mencionada. Cuatro años después la siguiente “La noche del señor Lazarescu” de Puiu (nacido en 1967) ganó en dicho Festival el premio de “Un certain regard”, que al ser estrenada en Argentina cerró un largo ciclo sin estrenos de cine rumano en nuestro país. Mostraba la miserable condición del sistema de salud de Rumania, con un hombre enfermo que recorre una serie de hospitales en medio de la burocracia medicinal y la indiferencia de sus médicos. Fue distribuida por Zeta Films, la empresa que lidera largamente la presentación de films del nuevo cine rumano.
Cristian Mungiu
Es probable que “4 meses, 3 semanas, 2 días” de Cristian Mungiu (nacido en 1968) sea la máxima consagración del cine rumano hasta la fecha, al ganar en 2007 la Palma de Oro del Festival de Cannes. Estrenada en diciembre de 2007 por la distribuidora Pachamama (hoy Energía), apenas medio año después de ser premiada, fue hasta la fecha el mayor éxito comercial en Argentina, superando holgadamente los 50.000 espectadores. Es mucho más que un film sobre el aborto (está ambientada en 1987) y con dos interpretaciones femeninas excepcionales (Anamaria Trinca, Laura Vasiliu). Fue nominada al Globo de Oro y la Asociación de Cronistas de Argentina le otorgó el galardón a la mejor película extranjera, no hablada en español.
“4 meses, 3 semanas, 2 días” fue el mayor éxito del cine rumano en Argentina.
Radu Muntean
Nacido en la misma época que los anteriores (1971) se hizo conocer con “Aquel martes, después de Navidad”, su cuarto largometraje presentado por CDI. También funcionó bien en la taquilla al superar los 30.000 espectadores. Ya su primera impactante escena con Paul (Mimi Branescu), un exitoso ejecutivo de Bucarest, en adulterio con la rubia odontóloga (Maria Popistasu) de su pequeña hija marca el tono del film. Luego lo vemos con su esposa, la morocha Mirela Oprisor, a la que también parece amar pero de otra manera. Estamos en plena Navidad y Paul decide ese martes del título revelar la verdad a su mujer… A destacar el premio a mejor actriz compartido por ambas intérpretes, otorgado por el Festival de Mar del Plata en noviembre de 2010.
Próximamente Zeta Films estrenará “El vecino” (“Un etaj mai jos”), la más reciente producción de Muntean que plantea un tema aún más sórdido que el de su anterior película. El título original que podría traducirse literalmente como “Un piso más abajo” alude al lugar donde vivía una joven que un día aparece muerta. El vecino de arriba escuchó gritos en el departamento de la occisa, pero no lo reveló a la policía. Hasta que es contactado por el presunto asesino y la trama se convierte en un dramático thriller con final que obviamente conviene no revelar. Al igual que “El tesoro” de Porumboui, esta película participó del último Festival de Cannes, lo que enfatiza la vigencia del nuevo cine rumano.
Otros realizadores
Con una producción creciente de largometrajes en Rumania, que ya se acerca a los cuarenta anuales, conviene referirse brevemente a otros nombres de dicha cinematografía. De Catalin Mitulescu se conoció hace una década “Cómo celebré el fin del mundo”, que plantea la caída de Ceaucescu desde la mirada de niños y adolescentes en pleno 1989.
En cambio “La mirada del hijo” (“Polizia copilului”) de Calin Peter Netzer es un drama íntimo donde una madre y arquitecta encumbrada (maravillosa Luminita Georghiu) trata de encubrir a su hijo que, en accidente de tránsito, mata a una menor. Ganó el Oso de Oro del Festival de Berlin de 2013.
Finalmente no podría terminarse esta nota sin mencionar a Radu Mihaileanu, al que podría bautizarse como el más “internacional” de los directores rumanos, ya que la mayoría de sus films fueron filmados fuera de su país natal. Nos referimos a títulos tan destacados como “El tren de la vida”, “Ser digno de ser”, “El concierto” y “La fuente de las mujeres”, todos distribuidos en nuestro país.
