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«El bar»: Todos contra todos

Alex de la Iglesia trae una nueva comedia salvaje a la cartelera local, en este caso, con el coprotagónico del argentino Alejandro Awada.

 

El realizador de «El día de la bestia» suele tener elementos comunes a lo largo de toda su obra. Ya sean más realistas como «La chispa de la vida» o más virando al fantástico como en «Las brujas», todas son comedias negras con altos niveles de salvajadas.

Además toma elementos típicos del cine de Hitchcock. Esto es, juntar a un grupo de personajes cotidianos o, en su apariencia, «normales», y colocarlos en situaciones extraordinarias. La diferencia es que aquí lo que surge de esas experiencias es nada menos que lo peor del ser humano.

Su más reciente opus, «El bar», no es la excepción. En esta película, De la Iglesia vuelve a un entorno similar al que planteó en una de sus mejores obras, «La comunidad». Un grupo de personas en un espacio reducido, sometidos a una amenaza externa y misteriosa.

Al elenco lo integran Mario Casas (ya el actor fetiche de esta última etapa del director), Blanca Suárez, Carmen Machi, entre otros. Cabe destacar que uno de los clientes es nada menos que el argentino Alejandro Awada.

La trama

Todo empieza a las nueve de la mañana en un café del centro de Madrid. Un grupo de personas de lo más dispar desayuna tranquilamente. Parece un día cualquiera… hasta que uno de los clientes se marcha del local. Pero en el momento en que pone un pie en la calle, recibe un disparo en la cabeza. Nadie más se atreve a salir. Están atrapados.

Como resultado, los protagonistas que se encuentran en el local se ven obligados a permanecer en su interior. Todos temerosos de que un francotirador dispare a todo aquel que intente salir de allí. Las tensiones entre los personajes comenzarán a crecer, con situaciones extremas y a la vez cómicas, y la barra se convertirá en el lugar en el que revelar los pecados y las culpas de cada uno. Pero, ¿y si el asesino está dentro del bar?

De esa manera, las tensiones, la desconfianza y la violencia va in crescendo hasta un punto en el que el francotirador deja de ser lo más amenazante, donde lo que prima es un salvese quien pueda de tremendo salvajismo.

Este es el trailer de «El bar»: