Argentina, Estrenos

“El amor se hace”: entrevista a Ana Katz

La actriz y directora argentina nos cuenta detalles de la película española que llega a salas argentinas el 16 de marzo.

Nadie podrá negar que “El amor se hace” de Paco León es una película bien española por sus personajes, sus locaciones, sus modos e historias: la de cinco parejas que en distintos momentos atraviesan algunas complicaciones sentimentales. Sin embargo, la españolidad es mérito de sus hacedores porque en realidad “Kiki” (tal su nombre en España) es una remake de una película australiana (“The Little death”) que entre sus actores cuenta con la argentina, original y talentosa Ana Katz (“Mi amiga del parque”, “Una novia errante”). Abajo una referencia a la película y una charla con Ana que nos da detalles de esta producción en la que participaron Vértigo Films y el Canal 5 de España.

Ya lo dijo Roland Barthes mientras haya “escenas conyugales, habrá preguntas que plantear al mundo.” Y sobre esta premisa se construye “El amor se hace” una película de estructura coral en la que distintas parejas, e individualidades, se dirimen sobre como continuar la vida. El tono que elige el director-actor Paco León para ir sobre estas historias es entre cómico y ácido. Por ejemplo, en una de las primeras escenas de la película la pareja de Ana (Ana Katz) y Paco (Paco León) están en una sesión de terapia de pareja y en medio de la conversación surgen algunos trapitos al sol a propósito de como una de las partes le practica sexo oral a la otra. León sabe delinear bien una línea que no permite que la película se incline hacia el lado chabacano y vacío de contenido y presenta un relato inteligente que en el desenlace deja algunas preguntas y otras constataciones como que cada pareja es un mundo y sobre gustos, en la alcoba, no hay nada escrito.

Ultracine: ¿Cómo te llegó la propuesta de participar en esta película?
Ana Katz: Paco León vio mi primera película “El juego de la silla”, que siempre le gustó mucho, y entonces había conexión con un tipo de mirada o de humor compartido además de las ganas de trabajar juntos. A partir de eso me convocó para hacer de su pareja en la película. Fue una oportunidad muy linda para mí porque el grupo de actores es maravilloso, empezando por Paco que tiene una mirada muy particular para contar las cosas y como actor es brillante. Era un plan excelente por todos lados.

U: ¿Te costó adaptarte como directora y actriz de tus películas a la mirada de otro?
A.K: Para mí actuar en películas de otros directores es como subirme a un auto, dejarme conducir, ser parte del paseo y mirar desde atrás, desde el costado, desde donde me toque. Me resulta difícil dividir la dirección de la actuación en términos de autoría porque creo que desde todos esos ángulos se participa de un relato que es lo que a mí más me interesa: ver de qué se está hablando e involucrarme y ponerle corazón a eso. Mi manera es confiar en la mirada de los directores con los que trabajo: me resulta un descanso de mí misma y además un regalo el conocer otra mirada y sensibilidad porque a veces la mirada de un director es un poco ombliguista. Paco es un director y actor muy particular porque tiene un humor que está a la misma altura que su inteligencia entonces él siempre está por delante y me inspiró mucha confianza. En general, cuando actúo en las películas de otros directores (Daniel Hendler, Juan Gebauer o Nicolás Suárez) no me acuerdo que también dirijo.

U: Tu personaje, Ana, comparte una intimidad física con el personaje de Belén (Belén Cuesta). ¿Te fue difícil trabajar ese acercamiento?
A.K: La verdad es que me sentí cómoda con mis compañeros en el rodaje y no te voy a mentir que no soy pudorosa pero a la vez entiendo la actuación desde el cuerpo y siempre fue así: siempre hice talleres de danza y mi manera de reaccionar cuando actúo es con el cuerpo por lo cual también es lindo poder trabajar desde ahí.

U: Por último, la película se rodó en Madrid: ¿cómo te organizaste con tu vida familiar?
A.K: Hacer cine implica viajar y esa es la parte compleja: armar un plan que incluya siempre a mis hijos y mi vida familiar pero a veces por unos días nos tenemos que separar un poquito. No viajo todo el tiempo solo cuando siento que es una oportunidad. En el caso de “Kiki” me fui dos semanas a Madrid. Fue una experiencia deliciosa y también pude ver como se trabaja en España en una producción grande. Mi compañera Belén Cuesta (que estuvo nominada a los Goya) fue muy buena y el equipo de técnicos, como Kiko de la Rica, el director de fotografía que trabajó muchas veces con Alex de la Iglesia, también.